Por Daniela Chacón (*)
Capacho Viejo.– En Capacho Viejo, los juegos de azar son vistos como una vía para conseguir dinero extra, aunque perder es lo normal. Los usuarios buscan solventar parte de sus necesidades con estas apuestas y los «banqueros» mantienen activo el negocio.
En el área central de Capacho Viejo hay más de 10 agencias de loterías. En cada cuadra es común conseguir una «banca». Incluso, en las zonas más alejadas del municipio ya existe una venta de lotería y en todas siempre hay personas apostando.
Aunque los centros de apuesta no son un negocio nuevo en Capacho, usuarios consultados por El Pitazo señalan que las ventas por estos juegos empezaron a tomar fuerza después de la pandemia del COVID-19. Las causas: la falta de empleo y otras variables de la situación económica del país.
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Desde jóvenes hasta adultos apuestan todos los días en estas agencias, en pesos, bolívares y dólares. Las hay de orígenes venezolano, colombiano y las llamadas loterías de animalitos, que son las más populares en esta zona por las probabilidades de ganar, aseguran apostadores.
No obstante, como en todo juego, existen riesgos y hay quienes terminan por perder más de lo que ganan. “Sacando cuentas, yo en una semana puedo invertir hasta 12.000 pesos (115 bolívares), pero no gano nada. A veces, la suerte está a mi favor. Entonces, cuando gano, pues viene siendo lo mismo que ya he invertido en jornadas anteriores”, expresó José Medina, trabajador independiente.
El juego como rebusque
Carlos Ruiz es mototaxista en Capacho Viejo. Comentó a El Pitazo que trabaja en este oficio porque la moto que usa es propia y no hay más fuentes de empleo en la zona. Sus ingresos varían y, parte de ellos, van destinados a los gastos del vehículo y la gasolina.
Ruiz ve la apuesta de lotería como una manera de obtener dinero y ayudarse. Comenta que apuesta tres días a la semana o cuando alguien le recomienda un número, pues no tiene dinero para emplearlo en el juego todos los días.
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“Hay muchas personas que optamos por esos juegos ante la situación del país; es como una entrada más que podemos tener, un rebusque. Con eso puedo comprar otras osas para la casa”, sostuvo.
Hay quienes gastan más que dinero en estos juegos de azar. El tiempo es otro factor que emplean los jugadores para estudiar, por muy bajas que sean las probabilidades de ganar, cuál será el resultado del próximo sorteo.
“Yo he visto personas que sí le llevan el control a eso, que estudian los juegos, pero uno no tiene chance de hacerlo. Con el juego de animalitos, la gente dice que es más fácil ganar. Yo juego las loterías de triple y terminal y en el día, a veces, gano 25.000 pesos”, afirmó Ruiz.
Carolina Guerra es docente. Tiene tres meses apostando en las bancas por recomendación de una amiga. «Hay días que se gana y otros se pierde. El dinero que me pagan como docente no me alcanza. Tengo una bebé de ocho meses y el dinero que consigo con esas apuestas me ayuda a completar los gastos de pañales, leche y otras cosas que mi bebé necesita”, afirmó.
Agencias de loterías se multiplican
En lo que va de junio abrieron dos nuevas agencias de loterías en Capacho Viejo. En conversación, una de las dueñas, quien solicitó resguardar su nombre, expresó que es un negocio, a pesar de la crisis. “Aquí no hay fuentes de empleo, esto puede funcionar, espero que me vaya bien, no sé cuánto pueda ganar, apenas estoy abriendo”, dijo.
La agencia principal de Capacho tiene seis sucursales solo en el área principal del municipio Libertad. El Pitazo se comunicó con su dueña para obtener más información, pero no obtuvo respuesta. Las vendedoras sí accedieron a hablar.
Crislen Gamboa lleva dos años trabajando para esta agencia de loterías en Capacho. Siempre la rotan de lugar. Para ella es viable trabajar allí, porque no tiene una carga familiar. “Si no tienes responsabilidades es un trabajo factible. Mi único deber es pagar el alquiler todos los meses y mi sueldo me alcanza para vivir estable”, manifestó.
Se conoció que el salario de una vendedora en esas agencias de loterías es de 210.000 pesos colombianos semanales (1.640 bolívares, según el cambio de este 23 de junio), si trabajan todos los días, pues cuando tienen libre no les pagan completo. El horario de trabajo es de lunes a sábado, de 8.00 a.m. a 7.00 p.m. El domingo abren hasta mediodía; incluso, trabajan cuando no hay electricidad, porque cuentan con planta.
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Otra vendedora de una sucursal de esta agencia, quien solicitó resguardar su nombre, indicó que tienen varios proveedores en este negocio, pero desconoce cuánto es el porcentaje de venta que recibe la dueña de la banca por las apuestas que se realizan.
“Sé que este mes abrirán otra sucursal aquí, en Capacho. Para las apuestas se recibe cualquier moneda. Ya estamos actualizando el sistema en dólares. Pueden apostar en pesos y bolívares en efectivo o por punto de venta, pero la mayoría de las personas maneja pesos colombianos”, expresó la vendedora.
Contó, además, que todos los días acuden a la agencia muchas personas para realizar sus apuestas. “Hay días más agotadores que otros, pero siempre vienen personas, en los días lluviosos asisten unas 20 y normalmente más de 40”, aseguró la joven.
El juego para evadir la crisis
Para otros jugadores, mantener la atención en los juegos de azar se convierte en una forma de distracción ante los problemas que aquejan al país. Es el caso de Darío Rincón, jubilado y pensionado.
“Es una forma de despejar mi mente de la realidad del país. Para una persona como yo, que ya no puede trabajar, porque tengo 68 años, es una forma de poner mi mente a funcionar y olvidarme de la típica frase «no hay». Yo estoy pendiente de sacar cálculos y ver los resultados, así me siento mejor”, manifestó.
“La crisis socioeconómica y el impacto que tiene en la capacidad de vida y la supervivencia ha impulsado que el juego se convierta en una vía no solo para buscar y conseguir el sustento diario, sino también en una forma de evasión”, explicó el psiquiatra César Sánchez Bello, en una entrevista para Crónica Uno.
Consideró que cuando los juegos de azar pasan de ser un factor de diversión a convertirse en una adicción, aparecen problemas de salud mental y en el comportamiento del apostador.
(*) Programa de Formación de Nuevos Periodistas