Valera.- El Dr. José Gregorio Hernández, quien es santo desde hace años en los hogares trujillanos, este viernes, 30 de abril, finalmente llegó a los altares como el cuarto beato y el primer laico de Venezuela.
En ese ambiente de celebración, la Diócesis Regional inició el día con un repique de campanas y lanzamiento de cohetes en cada parroquia.
Los fieles, de manera espontánea, realizaron la acostumbrada caminata de 12 kilómetros hacia Isnotú.
Algunos salieron de Valera y otros desde Escuque. Tal es el caso de la señora Tibisay Briceño, quien junto a sus familiares y amigos, salió desde Sabana Libre con una imagen del Beato José Gregorio Hernández, que conservaba en su altar privado desde hace 15 años.
“Yo he sido muy devota y todos los años cumplo promesas con él. Es primera vez que sale a la calle, de mi casa. Siempre lo conserve porque soy muy devota de él, primero Dios y la virgen, pero él es lo más bello que yo tengo”, expresó Briceño, quien caminó junto a su hija y su nieto vestido de traje negro y sombrero.
Cuenta que el beato le concedió un milagro al sanar a su hermana. “Tuvo un infarto pulmonar, estuvo en la UCI y, gracias a Dios y a él, ha superado ese infarto y está bien», comentó Briceño, quien añadió estar contenta por la beatificación.
Develación de imagen
En la Plazoleta del Santuario Niño Jesús del Beato José Gregorio Hernández, a las 9:30 a.m. el padre Magdaleno Álvarez, junto a el padre Pedro Terán y otros sacerdotes de la diócesis, develaron una gigantografía del médico ante la mirada y aplausos de los peregrinos.
Iglesia declara a José Gregorio Hernández como el cuarto beato de Venezuela
Minutos después comenzó retransmisión del acto efectuado en Caracas, que podía ser visto y escuchado por los asistentes por medio de cinco pantallas y un circuito cerrado de parlantes.
A las 10:30 a.m. los aplausos no se hicieron esperar. “¡Viva José Gregorio!” gritaron de alegría los presentes dentro del recinto y los que observaban desde las rejas del Santuario.
Milagros de visitantes
El nicho, decorado con rosas blancas y amarillas y la imagen de la Virgen de Coromoto, no estuvo solo ni por un segundo.
Lo visitaron incluso de otros estados para pagar milagros concedidos, como es el caso de Alejandra Sora, quien en llanto profesó cómo José Gregorio sanó a su hijo de una enfermedad renal.
“Cuando entramos (diálisis) allá mi hijo estaba sano y tenía un problema en el Colón, que supuestamente tenía un tumor ahí, y cuando el doctor realizó el eco estaba totalmente sano, como si alguien se lo hubiera quitado”, declaró Sora, oriunda de Carora.
Conmovida manifestó que había orado durante nueve años, porque la condición era congénita.
“Tengo nueve años pidiendo de rodillas e inplorandole a él, que me hiciera ese milagro y se cumplió, se hizo realidad”, expresó la madre junto a su hijo, quien estaba vestido con una franela blanca con una imagen impresa del nuevo beato.
El rector del Santuario, una vez culminado el acto central, inició una serie de misas en acción de gracias para permitir a los creyentes celebrar el momento histórico.