Táchira.- Oriundo de El Cobre, municipio José María Vargas, al norte del Táchira, José Vicente Pérez Mora es actualmente el venezolano con más edad vivo, con 111 años que cumple este miércoles, 27 de mayo.
Nació en 1909 y sus padres, Edelmira Mora y Euquitio Pérez, se mudaron a San José de Bolívar, sitio donde reside actualmente José Vicente. Para el momento de su nacimiento, ya tenía ocho hermanos.
José Vicente vive con tres hijos. Tiene dificultad para hablar y moverse, pasa los días sentado en su silla de ruedas, a diario lo acompaña una camándula en su bolsillo y cuando puede decir algunas frases, asegura que reza cuatro veces al día el rosario.
Creció en un caserío de San José de Bolívar donde trabajó en el campo con su papá y hermanos. A los 10 años empezó a estudiar con la maestra de la aldea, sin embargo, su educación fue poca, pues la mujer enfermó y no pudo seguir enseñandole, de allí parte que en su primera cédula de identidad diga «manifiesta no saber firmar».
Su vida transcurrió en el campo tachirense, en la finca de su padre trabajó día a día, a eso atribuye parte de su bienestar, pues durante toda su vida le dijo a sus 11 hijos que «el secreto para llegar a esta edad es descansar y trabajar duro».
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Sin embargo, también asegura que uno de sus secretos fue «tomar miche, no volverse alcohólico, sino una copita de michecito al día y ya». El miche es una bebida típica de los andes venezolanos, hecha de aguardiente de caña de azúcar, especialmente en los pueblos es vendido en cada casa o bodega por ser tan común. Se toma puro o mezclado con frutas o hierbas.
Vicente, o el «tío Vicente», como muchos le dicen, conoció a Ediofina García en la aldea Los Paujiles. Durante dos meses fueron novios y finalmente se casaron. Fue la única mujer en su vida. Su nieto Jhosman García Pérez contó que «con la timidez que lo caracterizaba le pidió matrimonio y a los días se casó con su hermosa Ediofina. Tuvieron a su primer hijo y mientras trabajó en el campo. Con los animales reunió dinero y se compró su propia finca para mudarse con ella y formar su familia».
Tuvieron seis hijos varones y cinco hembras. Tras más de 50 años de matrimonio, a sus 88 murió su esposa y su vida cambió. Sin embargo, las hijas se han encargado de ser como unas madres para él, para retribuirle todo lo que les dio.
Tío vicente cree y asegura que Dios se olvidó de él. En un vídeo familiar que grabaron en 2017 dijo «Dios se olvidó de mi. Yo he sufrido tanto, se ha ido mi amada esposa, he visto morir a mis hijos, a toda mi familia y yo sigo aquí, a Dios se le olvidó llevarme». Pero su familia constantemente dice que es una bendición, que es un misionero y que su vida ha sido larga para que todos disfruten de él.
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Certificación internacional
El sobrino de Vicente, Freddy Abreu, ha preguntado en instancias internacionales sobre otras personas que tengan edades parecidas, por lo que el Grupo de Investigación en Gerontología, GRG por sus siglas en inglés, lo certificó como el hombre más anciano de toda Venezuela y el séptimo a nivel mundial.
Desde hace años la familia ha indagado sobre institutos que le ayuden a confirmar o certificar que José Vicente Pérez Mora es uno de los hombres en la historia venezolana que más ha vivido y que es tachirense, sin embargo no ha encontrado. Fue a través de las redes sociales que desde Italia lo contactaron y pusieron en contacto con el GRG para indicarle que en sus bases de datos, él es el de más edad en Venezuela y uno de los mayores en el mundo.
Para recibir un Récord Guiness sólo les falta buscar el acta de nacimiento de Vicente, sin embargo no les ha sido imposible, debido a que para viajar de San José de Bolívar a El Cobre requieren un salvoconducto que no tienen, debido a la cuarentena por el COVID-19.
En Táchira murió en 2019 monseñor Raúl Méndez Moncada, quien era en ese entonces el sacerdote más longevo de Venezuela.
José Vicente vive con sus dos hijas y una nieta en San José de Bolívar. En la tranquilidad de su hogar. La familia a diario lo saca a recibir sol en la puerta de la casa, lo atienden, a las 5:30 pm le dan la cena y duerme cuando comienza a anochecer, siempre con su rosario al lado o encima.