Caracas.- Cada 10 de septiembre, el mundo se une en torno a la prevención del suicidio. Desde el año 2003, esta fecha busca concienciar sobre un problema de salud pública que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), provoca más de 700.000 muertes al año.
Venezuela, como otros países, no escapa de esta dura realidad, y es el estado Mérida el que lidera las cifras más alarmantes de suicidios a nivel nacional.
El suicidio es una de las formas más preocupantes de la violencia autoinfligida. Los informes de la OMS señalan que, por cada adulto que se suicida al menos 20 personas intentan quitarse la vida, una estadística que varía según la región.
En Venezuela, el panorama es preocupante y, según el Informe Anual 2023 de Violencia Autoinfligida del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), la tendencia de suicidios en el país sigue en aumento.
El año 2023 cerró con 2.358 suicidios, lo que representa un incremento del 6,5% respecto al año anterior. Esto equivale a seis muertes por día, es decir, una cada cuatro horas.
La tasa de suicidios en Venezuela alcanzó 8,2 por cada 100.000 habitantes, una cifra que, si bien no es alarmante en comparación con otros países, sí evidencia una tendencia peligrosa.
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El estado Mérida destaca como la región con mayor incidencia de suicidios en Venezuela. Según el informe del OVV, Mérida registró una tasa de 15,5 suicidios por cada 100.000 habitantes en 2023, casi el doble de la media nacional.
Este trágico protagonismo de Mérida se ha mantenido por más de dos décadas, lo que ha llevado al OVV a realizar estudios específicos sobre la entidad.
El Informe Especial de Violencia Autoinfligida de Mérida, publicado en 2023, analiza las fluctuaciones de los suicidios en el estado desde 2001 hasta la fecha. El documento detalla que, aunque en años recientes se había observado una leve disminución en los casos de suicidios consumados, el número de intentos ha aumentado de manera preocupante.
Los expertos coinciden en que el aumento de los suicidios en Venezuela está vinculado al deterioro de la salud mental, exacerbado por la crisis económica y social del país.
En Mérida, específicamente, factores como la pobreza, el aislamiento geográfico y la falta de acceso a servicios de salud mental juegan un rol clave en este fenómeno.
El OVV advierte que sin políticas públicas orientadas a la prevención de la violencia autoinfligida, será difícil mejorar el bienestar emocional de la población y frenar el aumento de suicidios.
Se necesita un enfoque multidimensional que incluya la atención a la salud mental, la reducción del estigma en torno al suicidio y el fortalecimiento de redes de apoyo comunitarias.
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