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lunes, 13 enero, 2025

Comunidad trujillana que preparó hallaca de 32 metros: amamos mantener la tradición

Los habitantes de Bella Vista, en Trujillo, llevan 32 años elaborando el tradicional hallacazo. Este año fue de 32 metros de largo y se realizó con el apoyo de la comunidad, empresas privadas y entes gubernamentales

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Por Programa de Formación Nuevos Periodistas

Trujillo.- La comunidad Bella Vista, en el municipio Valera del estado Trujillo, realizó el 29 de diciembre su tradicional hallacazo, esta vez de 32 metros de largo. Desde hace 32 años, los habitantes realizan este evento en el que se reúnen para apoyar en la preparación de una hallaca de grandes dimensiones.

El hallacazo es un patrimonio cultural gastronómico municipal desde hace cinco años y reconocido a nivel internacional. Según Roberto Briceño, vocero del comité organizador, aspirando a obtener un reconocimiento nacional y después competir en el Récord Guinness.

Los vecinos del sector destacan la unión de la comunidad y el calor humano que se siente durante todo el proceso de preparación del hallacazo. Al mismo tiempo sienten mucho orgullo por ser bellavisteros y manifiestan con satisfacción: “en Bella Vista es la cosa”, siguiendo el legado que dejó José Alfredo (Coco) Suárez, su fundador.

Mural del fundador del hallacazo, José Alfredo “Coco” Suárez, creado por la comunidad. | Foto: Veniuska Valán

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Comenzaron con un metro de hallaca

De acuerdo con el relato de Roberto Briceño, la tradición comenzó en 1992, en un sector del callejón Armonía, entre las veredas 1 y 2, donde residía José Alfredo «Coco» Suárez, el inventor de la hallaca de gran tamaño.

Él y un grupo de amigos hicieron una hallaca de un metro de longitud y anualmente le fueron agregando un metro más hasta llegar a los 32 que se realizan actualmente. 

Inicialmente, se trataba de un grupo de amistades que se reunían y bebían licor mientras hacían la hallaca. Sin embargo, con el tiempo ha evolucionado. “(…) ya tiene una proyección comunitaria, participativa y religiosa”, aseguró Briceño.

«Coco» dejó ese legado, que los vecinos quisieron mantener después de su muerte en el 2020 a causa del COVID-19. Incluso hay un mural en su honor en la plaza de Bella Vista.

Unión, fraternidad y calor humano: pilares de la comunidad 

El lavado de las hojas, el amasado de la harina y la elaboración de los aliños son actividades repartidas entre quienes conforman el comité organizador. Son 15 personas que se dedican a hacer todas las tareas que se requieren.

Estas actividades también son abiertas a colaboradores que quieran sumarse durante el proceso. Briceño explicó que el evento genera un calor familiar, espiritual y humano que puede sentir todo el que llega. “Todos somos amigos, familiares y la gente que llega verá esa unión”, comentó. 

El lavado de las hojas es responsabilidad de Alfredo Villamizar, quien lleva 32 años realizando esta labor. “Desde que la hallaca tenía un metro”, precisó. Él, con ayuda de otros vecinos, como Ángela Villamizar, lavan entre 50 y 80 kilos de hojas anualmente para la tradición. 

Sobre la experiencia de ser partícipe de una tradición como esta, Villamizar comentó: “¡Claro que me siento orgulloso, imagínese, somos bellavisteros, porque en Bella Vista es la cosa! Amamos mantener la tradición”.

Luz Mariela González, de 59 años, tiene 5 participando en la elaboración del hallacazo. Para ella, ser partícipe de este evento desde el principio, es “algo muy bonito, hay mucha fraternidad”. Luz Mariela es una de las encargadas de cortar los aliños, preparar el guiso y amasar la harina. 

“Estoy feliz porque hay demasiada unidad, la comunidad ha sido muy receptiva y todo se lleva en paz”, comentó María Valero, quien tiene 54 años viviendo en Bella Vista y 5 de amasadora en el hallacazo.

Para una hallaca de estas proporciones, Luz Mariela, María y Alba Rosa Franco prepararon 40 kilos de harina. La estructura en la que cocinan la hallaca es una articulación de pipas cortadas a la mitad y soldadas entre sí, formando una especie de canoa, también elaborada por los mismos vecinos.


Colaboraciones y alianzas 

Inicialmente, la comunidad se encargaba del costo de los ingredientes y utensilios necesarios para la elaboración de la hallaca. Pero, a medida que ha ido creciendo, han solicitado apoyo al estado y a las empresas privadas para costear los gastos, logrando una alianza entre sectores.

Además, para recaudar fondos, la comunidad realiza distintas actividades como potazos y este año alquiló espacios en las adyacencias de la plaza para los comerciantes que quisieran ofrecer sus productos allí. 

Entre los participantes y colaboradores de esta tradición están los organismos estatales Corpoelec y la Alcaldía de Valera. Por el sector privado, Empresas Polar, Metrópolis Andina, Kaly, Galanet y los comercios Ferretería San Judas Tadeo y otros emprendimientos.

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