San Cristóbal.- Son cientos de personas que llegan al estado Táchira, vía a la frontera, y las historias y denuncias sobre lo que les sucede con uniformados son reiteradas. Una de ellas que conoció El Pitazo, es la de Juan, nombre ficticio que prefirió utilizar, pues ya no podrá salir del país.
Desde Valencia hasta Capacho, zona limítrofe de la frontera, hay aproximadamente 653 kilómetros de distancia. Juan caminó durante cinco días y llegó a Capacho, municipio Libertad, a descansar, para seguir recorrido y cruzar por una trocha hasta Cúcuta.
Todo el trayecto escuchó a otros venezolanos contar que debían pagar en la trocha para poder cruzar. «Son 25 mil pesos por morral y persona», cosa que lo alivió, porque tenía justo 15 dólares, que son el equivalente al precio en dólares. Al llegar a la frontera, otras personas le cobraron lo que ya sospechaba que debía pagar y siguió por el camino ilegal.
«Cuando paso me encuentro con que los colectivos que estaban ahí dijeron ‘me tiene que dar 10 mil pesos si quiere pasar’. Y me devolví, no tenía más dinero, yo ya los había pagado a otras personas que no aparecieron en el sitio, pero los colectivos me seguían cobrando y ya no me quedaba nada. Me devolví a Capacho, gracias a la gente que ayuda, logré comer y ahora me toca devolverme otra vez a Valencia», contó el hombre.
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En la trocha, cuyo nombre no se sabe, no lo dejaron pasar por no tener 10 mil pesos colombianos, equivalentes a tres dólares. Caminó de regreso y volverá a Valencia, pues no tiene más dinero para volver a pagar ni para mantenerse en Táchira. Aquellas personas que lo estafaron le quitaron la posibilidad de buscar una mejor calidad de vida, pues en Valencia no trabajaba y aguantaba hambre.
«En la trocha había civiles y Guardia Nacional; los guardias no cobran, ellos estaban detrás de los civiles que sí cobraban. Ahora mismo mi futuro es incierto. Me devuelvo caminando a Valencia a ver qué haré; algún día llegaré y próximamente intentaré irme de nuevo», explicó.
A diario, por San Cristóbal pasan alrededor de 700 a 800 personas caminando hacia la frontera, quienes han denunciado que policías, militares y civiles, en reiteradas oportunidades, los han extorsionado.