La Asociación para el Trasplante de Médula Ósea de Italia, institución con la que Pdvsa tiene un convenio para atender a pacientes con cáncer en la sangre, señala que Novo Banco de Portugal, entidad financiera que recibe los pagos de Venezuela, rechazó las últimas operaciones a raíz de las sanciones que Estados Unidos impuso sobre Venezuela. La deuda impide que más pacientes con leucemia puedan trasplantarse en el país europeo. El programa tiene fallas desde 2015, antes de las medidas de la administración de Donald Trump
.
–¡Mamá, tengo miedo, no me dejes solo!
Yeiderber Requena, de ocho años, se quedaba sin aire cuando tomó con fuerza la mano de su madre, Wendy González, quien, ante la desesperación de su hijo, pidió ayuda a un médico de la emergencia del Hospital J.M. de los Ríos, donde se encontraba recluido desde hace un mes, para que lo asistieran oportunamente. Pero dejó de respirar. Los doctores lo trasladaron a la terapia intensiva pediátrica para darle oxígeno y, en cuestiones de minutos, reaccionó. Wendy no durmió nada desde que su pequeño estaba intubado. Su faena se redujo a vigilarlo y hacer diligencias para buscar medicinas y practicar exámenes médicos al niño fuera del hospital. Pero el cáncer venció a su hijo la noche del sábado 25 de mayo de 2019.
Yeiderber era el segundo de sus cuatro hijos y fue diagnosticado en 2016 con leucemia mieloide aguda, un tipo de cáncer que se desarrolla en la médula ósea. La prolongación de su vida estaba sujeta a un trasplante medular al que nunca tuvo acceso. No solo Yeiderber esperaba ese procedimiento terapéutico: 29 niños con leucemia atendidos actualmente en el servicio de hematología del pediátrico requieren de un tejido para eliminar las células cancerígenas de su sangre. Pero las esperanzas de sus padres están aferradas al Estado venezolano.
Petróleos de Venezuela S.A (Pdvsa), principal empresa del país, firmó un convenio con la Asociación para el Trasplante de Médula Ósea de Italia (Atmo) para costear este tratamiento y correr con los gastos de la manutención de los pacientes con leucemia en el país europeo. Pero desde 2018 está suspendido. La razón: Pdvsa debe cancelar por completo al gobierno de Italia una deuda acumulada que, hasta el 31 de enero de 2019, ascendió a 10.746.014,07 de euros.
El pago de ese compromiso, que se refiere a deudas del año 2018 y parte del 2019, es la única garantía para reactivar el programa sanitario internacional y enviar más niños, adolescentes y adultos a Italia para que se trasplanten. La cancelación de la deuda también aseguraría que 26 pacientes venezolanos que se lograron trasplantar reciban el subsidio del Estado para su sustento en Italia. “Hay que pagarles a todos los hospitales públicos de Italia, que apoyan el convenio, para seguir con el programa. Si permanece la deuda, será difícil recibir más pacientes de Venezuela”, resaltó Enrica Giavatto, directora de la Atmo.
La cancelación de la deuda también garantizaría que 26 pacientes venezolanos trasplantados reciban el subsidio del Estado para su manutención en Italia
El “Convenio de colaboración entre la Asociación para el Trasplante de Médula Ósea y Petróleos de Venezuela S.A., para ejecutar un proyecto de cooperación en materia de salud internacional en el sector de la oncología, hematología y trasplante de células estaminales hematopoyéticas” se firmó en 2006 y, luego, se renovó en 2016 con miras a elevar la cobertura de atención. El acuerdo estableció que la compañía petrolera aportaría 13.400.000 de euros anuales para continuar atendiendo a los pacientes. Con la suspensión del programa, las puertas se cerraron para las personas que padecen de leucemia, de los más de 700 que hay en Venezuela, que no pueden realizarse un reemplazo del tejido óseo en el país por no contar con donantes compatibles de sus familiares directos y no tener recursos para costearlo en una clínica.
Un contexto político adverso
Las células malignas de los 29 niños con leucemia, que se atienden en el J.M. de los Ríos, se multiplican en medio de un contexto político y económico que juega en su contra.
Giavatto explicó que las dificultades con el pago de la deuda de Pdvsa comenzaron a mediados de mayo de 2018, cuando la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (Ofac, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos amplió las sanciones ejecutivas contra Venezuela, las cuales representaron, a su vez, un duro golpe para Pdvsa y para Nicolás Maduro, quien, ahora, está cada vez más imposibilitado de mover fondos en el sistema financiero internacional.
En mayo de 2018, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que establecía, entre otras disposiciones, la prohibición de todas las transacciones vinculadas con el financiamiento de Venezuela por parte de ciudadanos e instituciones estadounidenses y la restricción del país de acceder al sistema bancario norteamericano. Estas medidas obligaron a algunas entidades financieras internacionales a cerrar cuentas ligadas a funcionarios venezolanos del gabinete de Maduro, quienes fueron previamente sancionados por la Ofac, y se rehúsan a transar operaciones con Venezuela, nación que atraviesa hoy una coyuntura económica compleja, afectada por la hiperinflación y la recesión que se ha acentuado desde el año 2013.
Las sanciones se acentuaron a partir de febrero de 2019, tras la toma del poder por parte de Maduro
Tras su llegada a la Casa Blanca, Trump comenzó aplicar nuevas medidas después de tildar a Maduro de “dictador” por imponer la realización de un proceso electoral para instalar una Asamblea Nacional Constituyente en 2017, sin una previa y amplia consulta a todos los venezolanos. El mandatario estadounidense sumó sanciones a partir de febrero de 2019, tras la toma del poder por parte de Maduro que, bajo el amparo de la Asamblea Nacional Constituyente, allanó el camino para adelantar y celebrar las elecciones presidenciales de 2018, que fueron cuestionadas por la oposición y la comunidad internacional por incumplir con garantías mínimas de transparencia.
Una de las instituciones que limitó sus relaciones financieras con Pdvsa fue Novo Banco de Portugal. A través de esta entidad bancaria, la petrolera realiza las transferencias para pagar a la Atmo y al Gobierno de Italia. La cuenta que tiene la estatal permanece bloqueada tras las sanciones de la administración de Trump.
Novo Banco se creó en agosto de 2014 después de la quiebra del extinto banco portugués Espirito Santo (BES), cuyo expresidente Ricardo Salgado es investigado por estar implicado en una trama de corrupción relacionada con un desvío de 3.500 millones de euros provenientes de Pdvsa entre 2007 y 2012. Además, la entidad fue comprada el 31 de marzo de 2017 por el fondo estadounidense Lone Star, que concentra 75 % de las acciones del banco, el cual Maduro hoy acusa de «secuestrar» 1.700 millones de dólares del Estado venezolano que, según el gobernante, destinaría para importación de medicinas y alimentos.
De acuerdo con el diputado de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional, Chaim Bucarán, se espera que las cuentas bancarias que el Estado venezolano tiene en Portugal sean administradas por el representante del Poder Legislativo, Juan Guaidó, quien asumió competencias del Ejecutivo al desconocer a Maduro, una vez que se cumpla la fase del “cese de la usurpación”, que la oposición perfila como la piedra angular para lograr un cambio de gobierno en Venezuela.
Antes de ampliarse las sanciones, Giavatto señaló que Pdvsa ejecutó su último pago a Italia en junio de 2018 por 1.570.937,86 de euros para cancelar las deudas contraídas en los dos últimos meses de 2017. A finales del año pasado, el gobierno italiano envió una comunicación a la estatal en la que instó a saldar las retribuciones pendientes. Luego de la advertencia, una comisión de la empresa petrolera viajó a Italia para presentar los soportes de las órdenes de los pagos efectuados, que denunciaron habían sido rechazados por la banca lusa. Giavatto aseguró que Novo Banco teme a las posibles consecuencias que recaigan sobre esta institución si incumple con las sanciones estadounidenses.
La directora de la Atmo sostuvo que el Estado venezolano no había dejado de cumplir con sus obligaciones económicas relacionadas con el convenio para pacientes oncológicos, a pesar de que hubo ocasiones en las que el gobierno nacional hizo depósitos con retrasos. La última transferencia que Pdvsa efectuó fue el pasado mes febrero por un monto de 4.851.278,79 de euros, que sería reembolsado para el pago de la deuda del primer trimestre de 2018. El traspaso de esa cantidad de dinero fue rechazado por Novo Banco, según denunció el pasado 25 de febrero el canciller de la República, Jorge Arreaza, en la Organización Naciones Unidas (ONU). Allí el funcionario manifestó que los pacientes hospitalizados en Italia estaban en riesgo por el “bloqueo económico”. Dos meses después, el 7 de mayo, Arreaza responsabilizaba a las sanciones económicas por la muerte de Giovanni Figuera, de seis años, uno de los niños del J.M. de los Ríos que requería un trasplante con urgencia.
La crisis de Venezuela se agudiza en un clima de polarización política que ha despertado la preocupación de la ONU. Si bien la alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, manifestó su preocupación el pasado 20 de marzo por los efectos que podrían tener las sanciones de Estados Unidos en el agravamiento de la situación de Venezuela, enfatizó que la «devastadora crisis social y económica comenzó antes de la imposición de las primeras sanciones económicas en 2017». Esa crisis que afectó al sector salud y que llevó al país, a juicio de los detractores del oficialismo, a una emergencia humanitaria compleja, que incluso Maduro negaba antes las medidas ejecutivas de la Ofac.
A Giavatto solo le queda creer en la posibilidad de que exista una salida sensata para los pacientes con leucemia. «Pensamos que la única manera de desbloquear los fondos es que ambos países (Venezuela y Estados Unidos) lleguen a acuerdos. Hemos oído sobre excepciones en las sanciones por razones humanitarias; pero de ser así, pediremos que el gobierno italiano mande una comunicación a Estados Unidos para flexibilizar las sanciones y permitir a los niños trasplantarse. A un niño, que teme al cáncer, no se le puede decir que no se podrá curar por una crisis política. Por encima de todo, está la salud de los pacientes», enfatizó Giavatto.
Caída en trasplante medular comenzó antes de las sanciones
La ONG Prepara Familia indicó que 50 % de los padres de los 30 pacientes del J.M. de los Ríos que actualmente necesitan un trasplante de médula ósea cumplieron con los requisitos para que sus hijos viajaran a Italia. Ellos presentaron los recaudos ante la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), ente dependiente del Ministerio de Salud encargado de evaluar los casos, y esperaban la autorización del organismo para viajar y, luego, de Pdvsa para recibir el apoyo económico del convenio. Sin embargo, muchas han esperado por respuesta desde el año 2016.
Hematólogos consultados coinciden en que los retrasos en las autorizaciones de Fundavene obedecieron a fallas internas del organismo. Los procesos de intervención de la junta directiva de Fundavene, ejecutados entre 2015 y 2017, las trabas burocráticas y el efecto de la crisis de salud del país influyeron para que la aprobación de los trasplantes tardara en detrimento de los pacientes con leucemia y otras enfermedades hematológicas.
Una hematóloga del J.M. de los Ríos, bajo reserva de su identidad, indicó que los obstáculos en Fundavene comenzaron cuando el ente, creado en 2014 para coordinar el programa de procura y trasplantes de órganos del país, paralizó sus actividades por al menos seis meses entre 2015 y 2016 tras un proceso de intervención. En ese tiempo, el programa presentó fallas presupuestarias que afectaron su desempeño y, en mayo de 2016, la exministra de Salud, Luisana Melo, logró reabrirlo. Pero la situación tuvo un impacto negativo sobre el número de reemplazos de tejidos entre 2014 y 2016, según los datos aportados por la Asociación para Trasplantes de Médula Ósea de Italia: de 60 procedimientos hechos en 2014, la cifra bajó a 20 en 2015 y, luego, a 14 en 2016.
En mayo de 2017, Fundavene volvió a sufrir una intervención de su junta directiva luego de que el organismo admitiera las fallas en inmunosupresores que tenía el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) desde enero de 2017, lo que obligó a suspender el programa de procura y trasplantes de órganos cadaverico que el 1° de junio de este año cumplirá dos años cerrado. A pesar de esta situación, por medio del convenio entre Pdvsa y la Atmo, se atendieron en 2017 un total de 135 pacientes con leucemia y se lograron trasplantar a 56; es decir, 42 pacientes más que en 2016. Pero, al año siguiente, nuevamente volvió a caer esa cifra: apenas se realizaron 26 procesos de médula ósea.
«Los pacientes han tenido dificultades para tener la aprobación de Fundavene, que es el ente encargado de evaluar los casos y que luego remite a la comisión de salud de Pdvsa. Sin la autorización de Fundavene no pueden acceder al programa. Por el tema de la deuda, el último paciente que llegó a Italia fue en agosto de 2018. Ahora se puede reactivar el programa de trasplantes, pero si persisten las dificultades en Fundavene para autorizar casos será complicado», indicó Giavatto.
Por medio del convenio de Pdvsa y Atmo se atendieron a 135 pacientes con leucemia en 2017
La crisis en Fundavene también coincidió con otro evento: la decisión en 2016 de la Fundación Simón Bolívar de Citgo, filial de estatal petrolera en Estados Unidos, de no seguir prestando apoyo al convenio sanitario internacional que mantiene Pdvsa y Atmo. La fundación de Citgo daba apoyo financiero con la logística y evaluación de los pacientes con patologías oncológicas y hematológicas complejas que requierían de un trasplante de médula ósea. Hematólogos concuerdan en que hubo una «disputa legal» detrás de esta ruptura; sin embargo, Citgo continuó destinando fondos al convenio Venezuela e Italia y el último pago que pudo realizar se hizo efectivo en enero de 2019 por 2.997,74 de euros, según apuntó Giavatto.
Tras la separación, la Fundación Simón Bolívar decidió abrir un programa de trasplantes de médula aparte y atender directamente los casos remitidos desde el comité de salud de Pdvsa. Los niños y jóvenes, que accedían con la fundación, se intervenían en España y Argentina. Sin embargo, en febrero de 2019, la institución de Citgo comunicó a los padres de los beneficiados que debido a «cambios legales» y las «sanciones impuestas por Estados Unidos dirigidas a Venezuela y Petróleos de Venezuela», aquellas que le permitieron a la Asamblea Nacional tener el control de Citgo, se prohibía pagar los servicios de manutención y demás gastos de los pacientes ya trasplantados.
Sin alternativas, ahora, la respuesta que reciben las madres de los niños con leucemia del J.M. de los Ríos por parte del Estado es que permanecen «bloqueados». Ani Camacho es madre de Zabdiel Amaya, de cinco años, quien tiene leucemia linfoblástica aguda y, actualmente, está en remisión y en condiciones estables para recibir un tejido óseo.
Camacho contó que la Fundación Trasplante de Médula Ósea, filial de la Atmo ubicada en Maracaibo, estado Zulia, informó que desde el pasado mes octubre el niño tiene asignado el trasplante en Italia. Pero solo espera que Pdvsa le dé respuesta sobre el viaje, pues incluso ya Fundavene dio la autorización para que su hijo fuese atendido por el convenio. «Yo les dije que yo, en mis condiciones, puedo esperar todo lo que sea, pero un cáncer no espera», indicó Camacho.
Camacho también aspira a que las trabas institucionales de administración pública no obstaculicen el camino a Zabdiel. Quiere tener el pasaporte de ella y el de su hijo vigentes, pues están por vencerse en los próximos meses. «Hay madres que no tienen pasaporte o lo tienen vencidos, incluso el de sus hijos, y las dificultades actuales para emitirlo o renovarlo juegan en contra de las madres y retrasan los procesos», explicó Katherine Martínez de la ONG Prepara Familia, que apoya a los familiares y pacientes del J.M. de los Ríos.
En Venezuela, tras la suspensión del convenio, no hay opciones para realizar trasplantes de médula ósea a pacientes que no tienen donantes directos. Es una falla que reconocen hematólogos especializados en trasplantes de este tipo, como Francisco Ramírez, médico de Fundamédula, quien aseguró que en el país deben abrirse las puertas para desarrollar un programa de trasplante de médula ósea que permita que niños, jóvenes y adultos se intervengan dentro su territorio y no en el exterior. Eso implica formar especialistas y ampliar la infraestructura, pues en Venezuela solo hay dos centros con capacidad para hacer estas intervenciones: en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (Chet) de Valencia en Carabobo, y en el Hospital Clínicas Caracas. En estos centros solo se trasplantan a pacientes que tienen un donante compatible de médula.
Pero ambos centros también han sido golpeados por la crisis del país. Ramírez reconoció que el número de trasplantes de médula ósea realizados en el Hospital Clínica Caracas, donde tiene su sede Fundamédula, ha bajado en gran medida porque las familias, en medio de un contexto económico complejo, no tienen para pagar un procedimiento que puede llegar a costar 30.000 dólares en promedio, según referencias internacionales. Señaló, además, que en los últimos meses han percibido dificultades con los medicamentos para trasplantes.
En el país deben abrirse las puertas para desarrollar un programa de trasplante de médula ósea
La hematóloga del J.M. de los Ríos aseguró que el hospital de Valencia también enfrenta las mismas carencias que la red hospitalaria pública por falta de medicinas e insumos. Es la misma situación que atraviesa el pediátrico de referencia nacional, que fue evaluado por la Contraloría General de la República en 2016 y determinó la escasez de medicinas y daños en equipos y déficit de personal.
En el servicio de hematología del hospital han fallecido al menos diez niños desde el año pasado, incluyendo a Giovanni y a Robert Redondo, quien murió el 23 de mayo al complicarse por la leucemia y a la espera de un trasplante medular. La mayoría de los niños con cáncer en la sangre del J.M. de los Ríos murieron luego de enfrentar la escasez de quimioterapias y antibióticos, la ausencia de reactivos en el laboratorio del centro de salud para analizar la sangre que necesitan para las transfusiones y las fallas en la infraestructura que obligaron a detener los tratamientos de los pacientes en diversas oportunidades.
«Las quimioterapias están nuevamente suspendidas por un daño en el aire acondicionado y no hay antibióticos, todo se debe comprar afuera y la dirección del hospital es indiferente. El Estado no nos atienden con los trasplantes de los niños ahorita por la deuda, pero el Ministerio de Salud tampoco nos ha dado condiciones para que los niños se mantengan estables en su país mientras esperan el trasplante», cuestionó Camacho.