El último día en vida de Kenni Finol Finol, su madre, Mireya Finol, sintió que corría peligro. Hablaron por teléfono y le preguntó qué le pasaba. Ella respondió: “El hombre ese me volvió a llamar, mami, amenazándome. Me dijo que me va a matar, mami. Me dijo muchas cosas feas”. Ocho horas después estaba muerta.
Hasta las cuatro de la madrugada se comunicó con su hermana. Después su cuerpo estaba tirado en Ecatepec, epicentro del feminicidio en la zona del valle de México. Le desfiguraron el rostro con un ácido que le echaron en la cara, le pusieron una bolsa plástica y se la amarraron al cuello para que se asfixiara. Tenía signos de tortura,como golpes y quemadas.
La violaron. Ese día tenía puestos unos calcetines negros y unas botas sin tacón. El mismo hombre al que señalan de haberla matado esa madrugada, meses antes le había cortado un dedo del pie para que ya no pudiera usar zapatos altos.
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A Kenni le gustaban “las relaciones tormentosas”, cuentan sus amigas en las redes y otras que no quisieron dar sus nombres. Lo cierto es que sus amores siempre estuvieron cerca de la ilegalidad. El 24 de diciembre de 2010, un grupo de hombres se la llevó de una disco en Maracaibo hasta la cárcel de Sabaneta y la entregaron como regalo de Navidadal pran del penal.
Su mejor amiga, Makarena, la había advertido: Astolfo de Jesús Balzán la quería conocer, y Kenni aceptó. Contó en sus redes que se enamoró de este hombre al que conoció cuando ella tenía 18 años y él, 22.
Después vinieron los viajes al exterior y en 2015 decidió radicarse en México para tenerlo como su plaza de trabajo. En ese país se convirtió en la que llamaban: “la Muñeca más cara de la vitrina”. Era la más destacada escort del portal Zona Divas.
Fue entonces cuando llegó el verdugo a su vida, según cuentan sus amigas. Se trataba de Brayan Mauricio González, alias el Pozole. Cuatro meses antes de asesinarla, la contrató a ella y a sus amigas usando un nombre falso. “Ese hombre me dio mantequilla para un servicio”. Ese día la golpeó tan fuerte que le dejó la cara hinchada, morada, con bolsas de golpes debajo de los ojos. Le fracturó y le dio machetazos en uno de los brazos y en la cabeza. También le cortó el cabello.
Su madre y su hermano sabían que este hombre maltrataba y amenazaba a Kenni. Mireya dice que el asesinato de su hija la dejó “viva, pero sin corazón”. Les había contado a sus familiares que volvería en pocos meses a su natal Maracaibo. Regresó en 2018, pero muerta.
Para leer la historia completa de Kenni Finol ir al especial de Zona Divas.