La banda de “Los Peluqueros” está conformada por hombres, mujeres, algunos de ellos adolescentes, quienes operan desde la ciudad petrolera, en el estado Zulia, para engañar a hombres de otros países, quienes creen que han enamorado a una atractiva joven venezolana
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Mariano tiene 43 años y es argentino. En mayo creó una cuenta en una aplicación para hacer nuevas amistades. Conoció personas, muchas y de distintas nacionalidades, pero solo una de ellas lo cautivó, incluso planeaba que se convirtiera en su esposa. Aunque su enamoramiento virtual terminó de la peor manera y con un engaño que le trajo deudas.
Ser uno de los países que más coronas ha ganado en certámenes de belleza, hace que en el mundo etiqueten a las venezolanas como mujeres bellas y seductoras. Pero la “viveza criolla” se aprovechó de la situación económica del país y así comenzaron “Los Peluqueros”, una banda de ciberdelincuentes que opera en Cabimas, estado Zulia.
Antonella era el nombre que utilizaba una venezolana que conoció Mariano por la aplicación que descargó. Su vida parecía una telenovela de la escritora cubana Delia Fiallo. Cada capítulo era más lastimero y trágico que el anterior. Conmovía y sacaba lágrimas.
“Hola, ¿de dónde sos?”, así comenzó el romance del extranjero a través de la mensajería de una aplicación para conocer personas. Hablaron de edades, gustos y, sobre todo, la difícil situación económica que atraviesa Venezuela.
La joven venezolana tenía 21 años, una carrera de técnico superior universitario en Administración y deseaba irse del país, pero no tenía suficiente dinero ni pasaporte. Había sido despedida recientemente de su trabajo, su mamá estaba enferma, su papá abandonó a su familia y a veces, no tenía nada para comer. Buscaba alguien para desahogarse, que la apoyara y escuchara.
Cicpc registra 290 detenidos por estafas en internet en la Costa Oriental del Lago
La víctima que se convirtió en victimario
El intercambio de mensajes era continuo: desde el amanecer, se contaban todo lo que hacían a diario. Antonella le repetía que solo comía una vez al día, le decía que comer tres veces al día es cuesta arriba para muchos venezolanos. No tenía agua, gas ni electricidad. Un panorama deprimente.
Después de tres semanas en ese chat, por primera vez, Mariano le ofreció dinero para que comprara comida para su familia. Ya habían intercambiado sus números telefónicos. Con esta decisión, selló el final de la relación y se convirtió en la “minita de oro” de Antonella.
La mujer buscó una persona que realizaba el cambio de pesos argentinos a bolívares, con los que compraría la comida. El segundo paso fue el pasaporte. Después de casi mes y medio, Mariano la quería conocer y llevarla a vivir con él a la “Ciudad de la Furia”, Buenos Aires.
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“Amor, no tengo pasaporte y para que me lo entreguen rápido, debo pagar el trámite. No tengo el dinero completo”, decía uno de los mensajes. Esa fue la segunda transferencia, casi 450 dólares para agilizar el trámite.
Volvió el drama. El gestor que estaba realizando el trámite para obtener el pasaporte rápido, la estafó. Después que transfirió el dinero, dejó de responder y quedó el trámite a medias.
Después de varias semanas en la misma situación, había confianza. Las fotos de Antonella siempre eran de baja resolución, al igual que las videollamadas, se veían borrosas. También le envió para un teléfono, el cual adquirió por internet en Estados Unidos con la tarjeta de crédito del extranjero.
A Mariano le extrañó ver tantos cargos en su tarjeta, incluso recibió una alerta de bloqueo preventivo de su entidad bancaria por el uso excesivo en compras por internet en Estados Unidos. Cuando pidió explicaciones, ya lo habían bloqueado de las redes, números de teléfono y perdió el contacto con Antonella.
Todo resultó un engaño, como contó en sus redes sociales Mariano, el argentino al que estafaron con 5.000 dólares en transferencias y compras con su tarjeta de crédito. El hombre realizó la publicación para advertir a sus paisanos, de este nuevo modus operandi que surgió en la ciudad petrolera de la Costa Oriental del Lago, la tercera más poblada del Zulia, donde funciona también una mafia que estafa por internet.
“Los Peluqueros” engañan con historias trágicas que conmocionan, utilizan apelativos cariñosos, envían fotografías y son consecuentes en sus facetas de víctima, explicó un inspector agregado de la Brigada Contra Delitos Informáticos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
De las denuncias que ha recibido el organismo de seguridad, 57% de los casos relacionados a la banda de “Los Peluqueros” son hombres, con edades comprendidas entre 15 y 44 años, que se hacen pasar por mujeres. Pero en esta ocasión los funcionarios del Cicpc subdelegación Cabimas, por este caso detuvieron a Johandrys Chirinos, Dinora Finol, Neilimar Herrera y una adolescente de 17 años, en el sector Los Nísperos de la ciudad zuliana. El procedimiento ocurrió en agosto.
La denuncia la realizó la víctima a través de la cuenta de Instagram del organismo de seguridad, donde envió soportes de transferencias, fotos y otros datos que permitieron localizar a las mujeres, a quienes acusaron de estafa y asociación para delinquir.
¿Quiénes son “Los Peluqueros”?
Engañar hasta encontrar una víctima que realice un depósito y desaparecer, así hacen las personas que ejecutan estafas a extranjeros que creen que encontraron a su otra mitad en una atractiva joven venezolana, coinciden funcionarios del Cicpc.
“Los Peluqueros” son una banda conformada por más de 70 personas en las nueve parroquias del municipio Cabimas, zona petrolera de la Costa Oriental del Lago. Hay mujeres, hombres y adolescentes, todos en la cacería de un extranjero que les envíen dinero.
Un detective agregado del Cicpc explicó que su nombre se origina por la palabra: peluca, que hace alusión al cabello postizo, ya que en muchos procedimientos que han realizado. Son hombres quienes utilizan fotos de amigas, novias o familiares para buscar a su víctima.
Fotos de mujeres jóvenes abundan en las redes, abren cuentas en Facebook y otras aplicaciones para conocer personas. Así captan a sus potenciales víctimas extranjeras quienes se convierten en blancos fáciles para estafar.
También señalan que no tiene que ser expertos informáticos, ya que en este caso, no necesitan hackear redes sociales. Solo conocer cómo manejarlas y tener un teléfono para mantener comunicación con el blanco, acompañada de elocuencia al escribir. Asumir el papel de víctima.
Patricia González, psicóloga, explicó que parte de las personas que busca una amistad o amor en el mundo 2.0, es porque no está conforme con su apariencia. Tiene baja autoestima, se siente solo y basa su felicidad en las muestras de cariño que puedan recibir de terceros.
“Es fácil encontrar blancos en el mundo 2.0, donde todos quieren ostentar una vida perfecta que muchas veces no tienen. Te puedes fabricar una historia a tu antojo, te creas perfiles en redes y aplicaciones, incluso con fotos que de otras personas y nadie puede confirmar si eres tú, es como tener otra vida”, señala.
En lo que va de 2019, en la Costa Oriental del Lago, funcionarios del Cicpc de las subdelegaciones Cabimas, Ciudad Ojeda, Los Puertos de Altagracia y Mene Grande han logrado la detención de 290 personas por delitos informáticos, ya que no solo estafan suplantando la identidad de terceros con la falsa promesa de vender divisas sino estafando a extranjeros que creen que han enamorado de una bella joven venezolana.
¿DÓNDE DENUNCIAR?
Después de los procedimientos que ha realizado la Brigada Contra Delitos Informáticos del Cicpc, unidad especializada en combatir los delitos cometidos a través del uso de tecnologías de la información en Venezuela, recomiendan a las víctimas denunciar ante el organismo de seguridad:
– El Cicpc tiene a disposición el 0800-Cicpc para atender denuncias en el territorio nacional, mientras que Douglas Rico, director del organismo, mantiene el número de teléfono 04242790619 con Whatsapp para recibir denuncias.
– Evitar agregar a personas desconocidas en sus redes sociales y mantener perfiles privados.
– No enviar información financiera como tarjetas de créditos, claves y datos bancarios vía correo, Whatsapp o en aplicaciones desconocidas. Son intransferibles.
– Evitar descargar programas de páginas sobre los que no tenga suficiente conocimiento y permitir acceso a su ubicación exacta.
– Los perfiles de la Brigada Contra Delitos Informáticos @informaticoscicpc (Instagram) y @Cicpc0238 (Twitter) son manejados por funcionarios y también reciben denuncias con soportes y se remiten a las subdelegaciones o delegaciones que hay en el país para su investigación.
Este reportaje, publicado originalmente en El Pitazo el 9 de noviembre de 2019, ganó un Premio ESET al Periodismo en Seguridad Informática de 2020