Caracas. En el ambulatorio de Manoa, en San Félix, solo reparten 30 números diarios para atender a los pacientes que llegan por paludismo. El 12 de abril de 2019 había medicinas antimaláricas; pero no reactivos para hacer la prueba de la gota gruesa, con la que se determina cuál parásito que causa la enfermedad contrajo el paciente. Cristian Silva había pagado 25.000 bolívares por el estudio que le reveló que tenía malaria mixta. Ese día, en el módulo asistencial, tenía un intenso dolor de cabeza que le aguaban los ojos que ya se tornaban amarillentos por el daño hepático que causaba la enfermedad. «Yo ahorita solo quiero curarme», dijo.
Como él, pacientes derribados por el cansancio y por el malestar de la fiebre y los escalofríos, hay más en Ciudad Guayana y en otros municipios del estado Bolívar, que es la entidad epicentro de la malaria de Venezuela. Ellos abultan una cifra que hoy es ocultada con recelo por el Ministerio de Salud. Y lo que no se revela es la magnitud de una epidemia de malaria que hoy salió de Bolívar y se propagó en 17 estados más del país, según reportes basados en datos oficiales, estudios centinelas y notificaciones de hospitales y ambulatorios de zonas endémicas.
Para 2018, según datos oficiales, eran nueve entidades que reportaron casos autóctonos de paludismo estaban en situación de epidemia, entre ellos Bolívar, Amazonas, Delta Amacuro, Anazoátegui y Sucre. Las últimas cifras epidemiológicas oficiales, que el país notificó a la Organización Panamericana de la Salud, revelan que el paludismo amenaza con más fuerza en el territorio.
El Informe Mundial de Malaria 2018 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el país cerró 2017 con 411.586 nuevos casos, de cuáles 76,8% fueron infectados por el parásito plasmodium vivax y 16,7% plasmodium falciparum y 6,3% mixtos. Esa cifra representó un aumento de 70% con respecto a la registrada en 2016 de 240.631 casos.
Discrepancias epidemiólogicas
Las cifras de 2018 no han sido reveladas por el Ministerio de Salud. El exrepresentante de la oficina regional de la OPS en Venezuela, José Moya, aseguraba que la incidencia de malaria se había reducido ligeramente sin detallar cifras puntuales.
Los datos, aún no divulgados por la OPS, señalan que hasta la semana epidemiológica N° 50 del año de 2018, el país contabilizó 401.365 nuevos casos de malaria, lo que representaba una disminución de 2,5 puntos porcentuales a la reportada al cierre de 2017.
Médicos como José Félix Oletta, exministro de Salud, y Leopoldo Villegas, exasesor de programas de malaria en Venezuela, discrepan de esta cifra que consideran «maquillada». Las estimaciones que ellos conservan apuntan a que el año pasado hubo más 500.000 casos nuevos de malaria.
Los registros oficiales del Ministerio de Salud y la data obtenida por sociedades civiles, apuntan a que 2018 culminó con 531.450 casos de malaria. La Sociedad Venezolana de Salud Pública estimó que esa data sería más elevada al ubicarse en 617.379 casos, un aumento de 50% con respecto a 2017.
Ahora, si a esa cifra de 617.000 se le suman recaídas, recrudescencias, datos no notificados en sistemas de vigilancia, revela que 1.064.544 de personas enfermaron con malaria el año pasado. La data de recaídas por paludismo es ocultada por el Ministerio de Salud; pero los registros extraoficiales, detallan que los pacientes, afectados por el plasmodium vivax, recae en 40% y 50%.
Según asomó el Ministerio de Salud en el marco de las discusiones del Plan Maestro para la atención del VIH, tuberculosis y malaria, la cifra de recaídas en Bolívar ascendió a 60% en 2018, especialmente por las fallas para cumplir el esquema de tratamiento por primaquina. En el Informe Mundial de Malaria 2018, no se informó sobre fallecidos por malaria. Aunque la relación es clara para Villegas: «si hay un aumento de casos, va haber un incremento en la mortalidad».
Cifra de fallecidos: un misterio
La data de fallecidos por malaria también es un misterio en Venezuela, aunque no es una situación desconcida por personal médico de los ambulatorios de Manoa, Vista al Sol y el Hospital de Guaiparo, en San Félix.
«Acá en la emergencia del hospital morían por día al menos unos tres pacientes por malaria», indica Maritza Moreno, presidente del Colegio de Enfermeras del estado Bolívar.
El Ministerio de Salud reconoció que en 2017 hubo 214 fallecidos en Bolívar. Para la semana epidemiológica N° 22 de 2018 había ocurrido en la entidad 94 defunciones.
Se estima que en 2017 murieron 321 pacientes con paludismo; mientras que en 2018 esa cantidad se elevó a 450, según los cálculos de la Sociedad Venezolana de Salud Pública.
Las muertes comenzaron a acentuarse por las fallas en el tratamientos y por el diagnóstico tardío de casos de malaria grave. Médicos de los dispensarios, observan una disminución de los casos y de las muertes en estos últimos tres meses.
«La cooperación que ha brindado fuertemente la OPS y Médicos Sin Fronteras con medicinas y mosquiteros en zonas mineras ha contribuido a bajar los casos y las muertes; aunque esa ayuda es limitada y no llega a todos los estados como Sucre, donde hay limitaciones en el acceso a medicinas y creemos que obedecen a fallas de logística para el traslado de tratamientos», considera Oscar Noya, médico y coordiandor del Centro de Estudio para la Malaria de la UCV.
Agrega que por el período de sequía que experimenta actualmente el país es normal que la tasa de incidencia baje, porque se secan los reservorios de larvas del mosquito transmisor de la enfermedad.
Venezuela en el mundo con más paludismo
La epidemia de malaria más significativa en la historia reciente de la salud pública nacional ha puesto a Venezuela en posiciones no alentadoras. Para el año 2017, según la OMS, el país ocupó el puesto nueve de las 20 naciones que reportaron más de 100.000 casos de paludismo.
En América, con 975.700 casos estimados, Venezuela concentró 53% de total de la incidencia. «Venezuela es el peor país del mundo con desempeño malárico», resalta Villegas, quien detalla que esto implica que el Estado no ha ejecutado medidas para bajar la transmisión de la enfermedad.
Villegas cita unas estimaciones recientes que hicieron las organizaciones Asociación Civil Impacto Social y Global Development One, basadas en las cifras del reporte mundial de malaria 2017 de la OMS, que ubican a Venezuela como el segundo país con peor desempeño en paludismo al comparar el número de casos reportados entre los años 2010 y 2017. Villegas apunta que Namibia, país africano, está en el puesto número uno. En cuanto a la tasa de defunciones ocurridas en siete años, el país ocupa la posición cinco.