Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se convirtió este martes, 6 de octubre, en el objeto de una nueva ola de críticas por haberse quitado el tapabocas en su regreso a la Casa Blanca, tras lo cual aprovechó para instar a los estadounidenses a no temer al COVID-19, que ha matado a más de 209.000 personas en el país y lo obligó a ingresar en el hospital.
Trump llegó a la Casa Blanca el lunes y descendió del helicóptero presidencial Marine One usando un tapabocas blanco que enseguida se quitó para posar ante las cámaras, saludando desde el Pórtico Sur de la mansión. Así informó Reuters en su web.
“No dejen que les domine. No le tengan miedo”, dijo Trump en un video tras su regreso del hospital militar Walter Reed Medical Center, en las afueras de Washington, donde fue tratado de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
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“Estoy mejor; tal vez soy inmune, no lo sé”, añadió, flanqueado por banderas estadounidenses y con el Monumento a Washington al fondo. “Salgan ahí afuera. Tengan cuidado”.
Trump, que fue atendido por un ejército de médicos y recibió un tratamiento experimental, ha minimizado en repetidas ocasiones la gravedad de la enfermedad que ha matado a más de un millón de personas en todo el mundo, con Estados Unidos a la cabeza en número de muertes.
El presidente republicano, que compite por la reelección frente al demócrata Joe Biden en los comicios del 3 de noviembre, fue ingresado en un hospital el viernes tras ser diagnosticado con la enfermedad.
Trump ha burlado numerosas veces las directrices sobre distanciamiento social destinadas a frenar la propagación del virus e ignoró a sus propios asesores médicos. También se burló de Biden en el debate presidencial del pasado martes por llevar una mascarilla en los eventos, incluso cuando está lejos de los demás.
Su decisión de quitarse el tapaboca después de subir la escalera del Pórtico Sur de la Casa Blanca —una posición elevada que lo colocó a cierta distancia de los demás— y su insistencia en que los estadounidenses no deben temer la enfermedad causaron consternación entre algunos médicos.
“Me horroricé cuando dijo que no se debe temer al coronavirus”, dijo William Schaffner, profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt en Nashville.
“Esta es una enfermedad que está matando alrededor de mil personas al día, ha torpedeado la economía, ha dejado a la gente sin trabajo. Este es un virus que debe ser respetado y temido”, añadió.
Los miembros del Partido Demócrata también mostraron su censura. “Es un trágico fracaso de liderazgo”, escribió en Twitter el senador demócrata Chris Coons.
Pero Trump se describió a sí mismo como un hombre que derrotó la enfermedad y emergió más fuerte.
“Si el presidente vuelve a la campaña, será un héroe invencible, que no solo sobrevivió a todos los trucos sucios que le lanzaron los demócratas, sino también al virus chino”, escribió en Twitter.
Biden respondió rápidamente en Twitter con imágenes de él mismo poniéndose una mascarilla y Trump quitándose la suya. Un pie de foto decía: “Las mascarillas importan. Salvan vidas”.
Judd Deere, portavoz de la Casa Blanca, dijo que se estaban tomando todas las precauciones para proteger al presidente y a su familia. El acceso a Trump será limitado y los que estén cerca de él usarán un equipo de protección apropiado.
Mientras tanto continúan arreciando las preguntas sobre el verdadero estado de salud de Trump, después de un fin de semana en el que sus médicos ofrecieron evaluaciones contradictorias o poco esclarecedoras sobre su condición.
Su nivel de saturación de oxígeno en sangre bajó lo suficiente como para requerir de oxígeno suplementario el viernes y el sábado, estando previsto que reciba su última dosis intravenosa del medicamento antiviral remdesivir en la Casa Blanca el martes, según dijeron sus médicos.