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jueves, 28 marzo, 2024

¿Qué dijo Josep Borrell en el Parlamento Europeo sobre las elecciones en Venezuela?

El político español acudió a la Eurocámara para explicar la misión diplomática de altos funcionarios del Servicio Europeo de Acción Exterior por los comicios venezolanos del #6Dic

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Caracas.- El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, participó este miércoles, 7 de octubre, en el pleno del Parlamento Europeo en una intervención que lamenta la negativa del gobierno de Nicolás Maduro de aplazar las elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre en Venezuela.

El político español acudió a la Eurocámara para explicar la misión diplomática de altos funcionarios del Servicio Europeo de Acción Exterior, criticada especialmente por el grupo del Partido Popular Europeo, que la tildó de clandestina.

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Estas fueron las palabras de Borrell en el pleno parlamentario:

Señor Presidente, señoras y señores diputados. Este pleno ha abordado ya muchas veces las diversas crisis que golpean a Venezuela y el paulatino colapso de lo que una vez fue uno de los países más ricos del hemisferio occidental, y que es hoy una de grandes tragedias de nuestra época, por lo que no puedo sino compartir su interés y su preocupación por la situación en la que se encuentra el pueblo de Venezuela. Y no solo Venezuela, sino toda la región que se ve afectada por el número extraordinario de personas que han dejado ese país.

Conocemos de sobra la situación en Venezuela, cómo la sociedad venezolana se encuentra profundamente fracturada y también políticamente. Incluso la propia oposición no tiene tampoco la unidad necesaria para hacer frente a esta dramática situación.

Una situación que nos han descrito bien los recientes informes de la Misión de Investigación y sobre todo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Es obvio decir, lo hemos dicho muchas veces, la condena por la violación de los derechos humanos en Venezuela y por esta razón es por la que hemos estado trabajando con la sociedad civil de ese país desde hace mucho tiempo y en particular durante este verano.

No voy a detenerme en explicar cuál es la situación política en Venezuela, lo saben ustedes de sobra, pero quiero concretar mi intervención en el título de la interpelación y explicarles el desarrollo de los acontecimientos desde el pasado mes de julio, cuando empezamos una tarea en coordinación con los Estados miembros de la Unión Europea y con el apoyo de los socios latinoamericanos del Grupo Internacional de Contacto para tratar de ayudar a encontrar una solución democrática y pacífica a la situación por la que pasa Venezuela.

El primer paso para intentar – digo bien intentar – salir del punto muerto político en el que se encuentra Venezuela, era promover el marco para unas elecciones legislativas creíbles, en el caso que tal cosa fuera posible.

Pero, créanme, no me he lanzado al ruedo como un espontáneo armado con mi simple muletilla. Empecé a hacerlo porque así que me lo pidió el G4, dirigido por el Presidente [de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan] Guaidó para que trasladase al régimen [de Nicolás Maduro] las condiciones mínimas que la oposición consideraba necesarias para poder participar en un proceso electoral creíble. Así lo hice y durante todo el mes de agosto, durante todo el verano, he mantenido contactos por videoconferencia, contactos telefónicos, tanto con el G4, como con otros líderes de la oposición como, por supuesto, con el Gobierno del señor [Nicolás] Maduro. De todo ello he hecho declaraciones públicas, tanto en foros formales, como en la reunión ministerial del Grupo Internacional de Contacto que tuvo lugar a la vuelta del verano, el 17 de septiembre y el Consejo [Europeo] de Asuntos Exteriores del 21 de septiembre.

Durante el mes de agosto emití comunicados explicando que no se daban las condiciones para que se pudieran considerar como libres y participativas las elecciones convocadas para el 6 de diciembre, pero al mismo tiempo, insistí tanto al Gobierno como a la oposición en intentar encontrar una aproximación de sus posiciones para hacer posible unas elecciones en las que la Unión Europea pudiese participar como observador.

Toda esa información es pública y lo ha sido siempre. A la vuelta del verano, después de que uno de los líderes de la oposición, el señor [Henrique] Capriles manifestara su intención de participar en las elecciones si se daban las condiciones para ello, al mismo tiempo que otros, empezando por el propio Presidente [de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan] Guaidó ya consideraban imposible que eso pudiera ocurrir, pero no estaban en contra de que se intentase prolongar el plazo electoral para poder seguir negociando y para poder seguir considerando la posibilidad de una observación electoral por nuestra parte, cosa que solamente podía ocurrir, como ustedes saben muy bien, si previamente se dieran las condiciones necesarias para ello.

Después de la reunión del Grupo [International] de Contacto y después del Consejo [Europeo] de Asuntos Exteriores, donde en ambos tuve el mayor apoyo para contactar con el Gobierno [de Nicolás Maduro] para ver si era posible encontrar una prolongación del plazo electoral como condición imprescindible para cualquier otra cosa. Porque, como ustedes saben, una misión de observación electoral pasa primero por enviar una misión de exploración electoral que vuelve con un informe sobre si se dan o no las condiciones necesarias para poder enviar una misión de observación. La decisión de mandar la misión de observación va precedida por una misión de exploración que analiza la situación sobre el terreno y eso lleva un mínimo de cinco o seis meses.

Por lo tanto, cualquier intento era incompatible con la fecha del día 6 de diciembre. Había pues que explorar la posibilidad, con la que todo el mundo estuvo de acuerdo, de que esas elecciones se pospusieran. Para acelerar los contactos – que, insisto, se han venido desarrollando por teléfono y videoconferencia durante tres meses-, decidí enviar a dos funcionarios del Servicio [Europeo] de Acción Exterior, para que sobre el terreno contactaran con todos los actores políticos y vieran cuál era la situación.

Eso ha creado una cierta extrañeza en algunas de sus señorías, como si fuera algo novedoso, pero esta es una práctica diplomática totalmente habitual. El año pasado hubo tres misiones del Grupo International de Contacto con diversos formatos, todas ellas dirigidas por un alto funcionario de la Unión Europea, y que tenían el mismo objetivo que esta última. El Gobierno noruego, con quien hemos colaborado, también ha enviado varias misiones para intentar desbloquear el estancamiento político, la última durante el verano pasado.

Esta misión, antes de salir, informó por escrito a los Estados miembros de la Unión Europea. De manera que eso de llamarla “clandestina”, que yo sepa, las actividades clandestinas no se comunican con por escrito a todos los Estado miembro antes de que tengan lugar. En Venezuela, estos dos altos funcionarios [del Seae] se reunieron con toda una amplia gama de representantes y sectores. Hablaron y escucharon a más de 70 personas. Para ser “secreta”, no ha habido ningún problema en difundir su actividad todo lo que ha sido necesario.

Por supuesto, se reunieron con el Presidente de la Asamblea Nacional, el señor [Juan] Guaidó, Presidente encargado del país, que apoyó los esfuerzos para contribuir a intentar lograr un aplazamiento electoral, siendo todo el mundo muy escéptico al respecto. Se reunieron con todas las fuerzas de la oposición, empezando por el G4. Los representantes de este grupo insistieron en las condiciones necesarias para unas elecciones democráticas y transparentes que me adelantaron y que yo mismo transmití al Gobierno [de Nicolás Maduro] durante mis contactos en julio y agosto.

Y, además, mantuvieron conversaciones con el antiguo Jefe de Gabinete del señor [Juan] Guaidó, el señor Roberto Marrero, recientemente liberado de prisión y que lamentablemente no ha sido autorizado a venir a España como era su deseo. También se reunieron con don Henrique Capriles y dos de sus colegas, que instaron a la Unión Europea a mantener abiertos todos los canales de comunicación y aprovechar esta oportunidad para intentar evitar que Venezuela vaya todavía más hacia un caos político y social que la asola.

Tuvieron la ocasión de entrevistarse con dos representantes del régimen de [Nicolás] Maduro, el ministro [Jorge] Rodríguez y el gobernador del Estado de Miranda, Héctor Rodríguez, en respuesta a la invitación extendida por el régimen a la Unión Europea para observar las elecciones de diciembre. Sí, tuvimos una petición concreta. Es la primera vez que se pide [Venezuela] a la Unión Europea que observe las elecciones. Primero pidieron una misión de acompañamiento. Les explicamos que tal cosa no existía, que la Unión Europea tiene unos procedimientos reglados, establecidos, que no acompaña, que observa. Eso, como les he dicho, pasa por un proceso muy pautado, primero de una exploración y después, en su caso, de una observación.

Les explicamos que si querían estudiar las posibilidades de una misión de observación electoral había que pasar por este proceso y que eso, inevitablemente, conllevaba un atraso [electoral], porque de lo contrario no teníamos nada de lo que hablar.

Los funcionarios allí desplazados no estaban para negociar sino simplemente para transmitir este importante mensaje a todos los actores políticos y recibir su respuesta.

También se mantuvo contactos con representantes de la llamada Mesa de Diálogo Nacional y con Henri Falcón. Fueron el único grupo en contra del aplazamiento de las elecciones.

Los enviados del Seae mantuvieron reuniones con la Conferencia Episcopal venezolana, que desempeña un papel clave en la sociedad -y que ha pedido que la oposición participe en el proceso electoral- y en la provisión de asistencia al pueblo venezolano ante la actual crisis humanitaria. Los representantes de la Conferencia Episcopal, tal y como habían declarado mediante carta publicada hace algunas semanas, alertaron de que la oportunidad de presentarse a estas elecciones, si no se hacía así, dejaría el espacio político vacante y el control absoluto de todas las instituciones al régimen de [Nicolás] Maduro.

Los funcionarios de la UE se reunieron con interlocutores de la sociedad civil, del mundo académico y del mundo empresarial.

Creo que en Caracas hubo un amplio apoyo a la labor de esa misión y a los esfuerzos de la Unión Europea para ayudar a crear el espacio necesario para el diálogo, que sigue siendo nuestro objetivo.

Porque la Unión Europea se considera, por todos los interlocutores o por la mayoría de ellos, como el único actor que puede hablar con todas las facciones y que puede hacerlo con credibilidad. Y eso es lo que pretendemos los que defendemos una Unión [Europea] con una dimensión geopolítica.

El otro mensaje claro que recibimos es que la gran mayoría de la oposición apoyaría un aplazamiento de las elecciones para dejar tiempo para mejorar las condiciones en las que estas pudieran celebrarse. Lo cual, quizá, nos hubiera permitido enviar una misión de observación electoral.

Pero, la opinión predominante es que, aunque claramente la decisión de aplazar las elecciones por sí sola no es una solución, sería una manera de mantener la puerta abierta a la negociación política.

Sin embargo, como ustedes saben, el Gobierno de Maduro, después de esta misión, ha contestado de una manera clara y rotunda diciendo que, de ninguna manera, va a posponer las elecciones porque la Constitución de Venezuela se lo impide, ya que hay un mandato muy claro de que se deben hacer en una fecha determinada, antes de que acabe este año. Lo cual, obviamente, cierra cualquier posibilidad a que el diálogo continúe en la perspectiva que antes les he explicado.

Creemos que la única manera de salir del impasse en el que se encuentra Venezuela será a través del diálogo y la negociación política entre las fuerzas venezolanas. No habrá un único acontecimiento catártico que haga desaparecer las múltiples crisis que azotan al país.

Nuestro papel, nuestra voluntad es ayudar a encontrar una vía que responda a las necesidades y a las propias demandas del pueblo venezolano. Después de lo que ha ocurrido y después de haber escuchado a unos y a otros, en particular, después de haber recibido no como respuesta a nuestras cartas, sino como declaraciones públicas de que las elecciones no se van a posponer, la Unión Europea, evidentemente, no podrá ni siquiera plantearse el envío de una misión de observación electoral. Eso requeriría no solo el respeto de los estándares democráticos, que como ya he hablado en varias ocasiones, no se dan, no se daban y siguen sin darse, puesto que no ha sido posible modificarlos, sino tampoco, como he explicado, un calendario realista.

Creo que el comunicado de prensa del régimen de [Nicolás] Maduro, en el que se niega a aplazar las elecciones argumentado que no puede hacerlo por mandato constitucional, solo sirve para empeorar la situación política en Venezuela.

Seguiremos apoyando todos los esfuerzos en pro de una salida política, pacífica y democrática de la crisis que el pueblo venezolano sufre para superarla como merece.

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