La gestión de la crisis económica venezolana y las diferencias políticas que se han agudizado durante el período postelectoral hicieron que el Gobierno brasileño reafirme su distanciamiento con la administración de Nicolás Maduro.
En el marco de la cumbre de los Brics, el asesor de Asuntos Internacionales del presidente brasileño Lula da Silva, Celso Amorim, fue contundente cuando CNN le consultó el 21 de octubre sobre el ingreso de Venezuela al bloque: “No lo defiendo”.
Para comprender la postura de Brasil, El Pitazo le consultó al analista político y director de LOG Consultancy, Giulio Cellini, quien aseguró que el Estado venezolano es incapaz de integrar y competir en un bloque de economías emergentes.
Sin acelerar
El 30 de agosto, durante un encuentro con representantes del sector financiero, Maduro aseguró que Venezuela estaba orientada hacia los Brics. Incluso, habló de abrir mercados e invertir “capital fresco”, ya que era un “socio seguro”. Dos meses después, Amorim frenó sus aspiraciones: “Hay que ir despacio”, le dijo a CNN.
Ante las declaraciones del asesor brasileño, Cellini precisó que la organización multilateral tiene principalmente fines económicos. Por lo tanto, el Estado que aspire a ingresar debe cumplir con las capacidades mínimas exigidas de los países con economías estables y emergentes. “Este no es el caso de Venezuela”.
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Aunque el gobierno de Maduro ha ofrecido elementos atractivos en mercados y fondo riesgo, no puede garantizar una estabilidad y un desarrollo económico como los países que pertenecen al grupo. Por eso, para el analista político, el rechazo del gobierno de Lula va más allá del aspecto ideológico.
“Hay países que están en guerra, como es el caso de Rusia. También hay regímenes como Irán, que son autoritarios, así como hay democracias, en el caso de India y Brasil”.
Si bien el líder iraní Ali Jamenei, el mandatario ruso Vladímir Putin y el presidente de China, Xi Jinping, son aliados de Maduro, la limitada capacidad económica de Venezuela hace que sus opciones de ingresar al grupo se vean reducidas.
“Si esperaba que Brasil, por alguna afinidad política, fortaleciera su apoyo para la entrada a los Brics, eso no va a suceder. Al igual que el resto de los países miembros”, aseguró Cellini.
Pese a la posición marcada por Amorim, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, dejó una puerta abierta cuando fue consultado por la situación de Venezuela. Mientras se alejaba de la prensa, comentó que “todos los candidatos tienen oportunidades”.
El deterioro de una relación
La proclamación que el Consejo Nacional Electoral (CNE) hizo el 29 de julio sobre la reelección de Maduro no simpatizó a Lula, cuya crítica ha aumentado con el paso de los meses, así como su distanciamiento con el mandatario venezolano.
“Cuando pierdes, te vas”, le recordó Lula a su homólogo 6 días antes de la elección del 28 de julio en una entrevista con Reuters. El ente electoral venezolano publicó 2 boletines que no han sido reconocidos por la comunidad internacional y fueron rechazados por organismos de observación electoral. Además, 3 meses después de los comicios, no ha publicado los resultados detallados.
Cellini dijo que el mensaje de Brasil fue “muy claro”, ya que hay una situación tensa con Venezuela. El disgusto y la preocupación que ha expresado Lula durante el período postelectoral supera la afinidad ideológica que han tenido el Partido de los Trabajadores (PT) durante los gobiernos de Lula y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en las presidencias de Hugo Chávez y Maduro. “No es un tema ideológico, sino de democracias vs. no democracias. Es un tema de institucionalidad vs. no institucionalidad”, precisó el analista político.
A mediados de agosto, el presidente brasileño elevó el tono de su discurso sobre Venezuela. “Es un régimen muy desagradable”, le aseguró a Radio Gaúcha al ser consultado por la situación del país.
Según Cellini, cada día las relaciones son más tensas y las diferencias más claras. El rechazo expresado por Amorim contiene un mensaje intrínseco que da a entender que la relación entre ambos países no es la mejor y eso lo ha reafirmado en otras declaraciones. “El asunto es la visión democrática, el respeto a las instituciones. Ahí está la diferencia fundamental entre Lula y Maduro”, insistió.
A inicios de septiembre, la crítica del presidente brasileño fue más directa. Al ser entrevistado por la radiodifusora Goiania dijo que el comportamiento de Maduro era “decepcionante”. Ahora, en octubre, rechazó respaldar su candidatura a ser miembro de los Brics.
En medio de esta falta de apoyo, las máximas autoridades del Gobierno venezolano viajaron a Rusia. El 21 de octubre arribaron los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva y presidente de la Asamblea Nacional (AN). Un día después, Maduro aterrizó junto a su esposa Cilia Flores.
El oficialismo venezolano viajó a Kazán para continuar el intento de adhesión a un bloque económico conformado por sus aliados más poderosos, pero que aún no están convencidos de reconocerlo.