El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó este domingo, 7 de agosto, como primer acto de su Gobierno, que la espada del Libertador Simón Bolívar, un símbolo de su lucha guerrillera y luego política, sea llevada a la tarima donde tiene lugar la ceremonia de investidura.
«Como presidente de Colombia solicito a la Casa Militar traer la espada de Bolívar, una orden del mandato popular de este mandatario», afirmó Petro en medio de una ovación de la multitud que asiste al acto.
El robo de la espada de Bolívar fue el primer acto de la guerrilla Movimiento 19 de Abril (M-19), que la sustrajo el 17 de enero de 1974 de la Quinta de Bolívar, una casa museo en el centro de Bogotá donde estaba en exhibición.
La pieza fue devuelta por el M-19 al Gobierno colombiano con ocasión de su desmovilización tras firmar un acuerdo de paz en 1990, durante el Gobierno del entonces presidente Virgilio Barco, y desde ese momento permanece en una urna de vidrio en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
Para Petro, que en su juventud militó en el M-19, la espada tiene un gran valor simbólico, y por eso quería que estuviera en su acto de investidura, junto con la escultura de la paloma de la paz, creada por el maestro Fernando Botero para la firma del acuerdo de paz con las FARC, en 2016, pero el Gobierno de su ahora antecesor, Iván Duque, no se lo permitió.
Según dijo esta mañana a EFE la coordinadora de comunicaciones del acto de investidura, Marisol Rojas, el Gobierno de Duque exigió pólizas, que se cumplieron, pero «ayer (sábado) a última hora al finalizar la tarde, el presidente Duque dio la orden de que la espada de Bolívar no sale».
Sin embargo Petro, nada más jurar como presidente, ordenó que la espada sea llevada a la tarima donde se lleva a cabo la ceremonia de su investidura.