Caracas.- Martín Vizcarra, ingeniero civil, de 57 años, tuvo una de las presidencias más accidentadas y breves de las últimas décadas, pues asumió al cargo como presidente de Perú en 2018, luego de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, cerró el Congreso en 2019 amparado por la Constitución y debía preparar una transición para el siguiente gobierno que lo sucedería en 2021, pero este lunes, 9 de noviembre, el Congreso de Perú lo despoja del poder por haber competido actos de corrupción cuando era gobernador de la provincia sureña de Moquegua.
Trayectoria
En marzo del 2015, un experto del plan de gobierno de Pedro Pablo Kuczynski lo invitó a trabajar con ellos el tema de educación y, en noviembre de ese mismo año, Kuczynski le pidió integrar la plancha presidencial como primer vicepresidente. Martín Vizcarra aceptó el ofrecimiento y, además, fue nombrado jefe de campaña.
“Fue una sorpresa, nunca había jefaturado una campaña, ni siquiera la mía en Moquegua. Abruma, pero con voluntad y sentido común, se avanza”, contó ante la prensa en 2016, señala el portal bbva.com.
Vizcarra llegó al Ejecutivo como vicepresidente de Kuczynski en 2016 y en el también corto gobierno de su antecesor, fue ministro y luego embajador en Canadá, antes de asumir el cargo cuando el primero fue forzado a dimitir tras ser acusado de haber recibido dinero de la empresa brasileña Odebrecht.
Sin apoyos políticos, Vizcarra parecía destinado a ser un gobernador débil en manos de un Congreso abrumadoramente opositor en manos del fujimorismo, y sin embargo, gracias a su confrontación con los congresistas por su supuesta connivencia con la corrupción, llegó a obtener un enorme respaldo popular y vencer a sus rivales hasta el clímax de la disolución del parlamento en septiembre de 2019.
En enero de este año, las nuevas elecciones al Congreso dejaron un parlamento muy dividido, en donde no contó con ningún sector oficialista y que pronto se convirtió en nuevamente su mayor enemigo.
Mientras, una pandemia de magnitud global lo sorprendió en la presidencia y ocupó todas sus actividades en el primer semestre del año, cuando el país alcanzó la mayor tasa de mortalidad del mundo por COVID-19, y que ha sumado más de 34.000 fallecidos hasta la fecha.
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Parlamento lo cercó
Vizcarra no tuvo respiro con el nuevo Congreso y tras varios conflictos por temas políticos y leyes aprobadas por la cámara, en septiembre llegaba un primer pedido de destitución por la contratación irregular del cantante Richard «Swing» Cisneros, a quien conoció en la campaña electoral de 2016.
La cercanía de Vizcarra con Swing quedó demostrada en los audios que su exsecretaria de Palacio Karem Roca guardó de las coordinaciones con el mandatario y su círculo más cercano, en un acto que el mandatario calificó como traición y que aún sigue bajo investigación.
Más allá del hecho de si Vizcarra ayudó o no a contratar ilegalmente a Swing en el Estado, quedó patente que el mandatario había mentido a la opinión pública al haber negando una relación de proximidad que luego resultó cada vez más evidente.
No obstante, lo que salvó realmente a Vizcarra de la destitución fue conocer que el presidente del Congreso, el opositor Manuel Merino, había tenido encuentros con los jefes de las fuerzas armadas con la supuesta intención de complotar en su contra.
Tanto entonces como ahora, Merino es el encargado constitucional de suceder a Vizcarra al frente del país.
Investigaciones
Vizcarra, que estuvo vinculado al negocio de la metalmecánica en su natal Moquegua antes de su vida política, fue investigado por la Fiscalía por los presuntos sobornos durante su gestión regional, precisamente por la misma obra pública por la que ahora le acusan de haber recibido sobornos, una investigación que fue archivada.
Con las revelaciones que terminaron en su destitución, la fiscalía volvió a reabrir el caso, que se une a otra más que se iba a extender hasta el final de su periodo en la presidencia, por las denuncias del caso «Swing» en vista a que existe mérito para investigarlo por un presunto tráfico de influencias.
En forma paralela, el fiscal Germán Juárez, del equipo que investiga el caso Lava Jato en Perú, solicitó ya en dos ocasiones interrogar a Vizcarra, pues las empresas ganadoras de las licitaciones en Moquegua son también investigadas al estar comprometidas en el «club de la construcción», un grupo de compañías que se repartían las obras públicas a cambio de millonarios sobornos.
Paradójicamente, Vizcarra alcanzó la notoriedad a nivel nacional después de una llamativa gestión en la región de Moquegua, donde logró los indicadores más altos en desarrollo social, especialmente en educación escolar, y el mejor índice de desarrollo humano.
Por estos resultados, Vizcarra había recibido en 2015 las Palmas Magisteriales en el Grado de Amauta (maestro), la máxima condecoración oficial para un docente peruano.
Y como presidente, se ganó una amplísima popularidad por su confrontación directa con los elementos del Congreso que se oponían a sus planes contra la corrupción.
Ahora, Vizcarra perderá la inmunidad presidencial y podrá ser investigado sin impedimentos, para ser así condenado o no por la vía legal, tras haber sido ya condenado por la vía política.
Con información de EFE