Lima.- Tan solo ocho meses después de haber sido elegido presidente del Congreso, el empresario Manuel Merino de Lama se convirtió el pasado martes 10 de noviembre en el nuevo presidente de Perú, con el encargo de asegurar la transición democrática en pleno bicentenario de la independencia nacional. Pero las sucesivas e intensas protestas ciudadanas, que este domingo 15 de noviembre llevaban registro de dos muertos y 94 heridos, le condujeron a renunciar de forma irrevocable.
Merino, quien integra la bancada del partido centro derechista Acción Popular (AP), estaba llamado a suceder constitucionalmente a Martín Vizcarra, después de que este fuera destituido el lunes 9 de noviembre por el pleno del Congreso bajo la acusación de «incapacidad moral».
Replicaba, de esa manera, una historia que también protagonizó otro militante de AP, el ya fallecido legislador Valentín Paniagua, quien presidía el Congreso y asumió un Gobierno de transición en el año 2000 tras la destitución de Alberto Fujimori (1990-2000).
VIZCARRA SE CONFIESA DOLIDO POR SU DESTITUCIÓN COMO PRESIDENTE DE PERÚ
Merino debió suspender la tarea de conducir el destino de Perú durante ocho meses, en los que debía asegurar que se celebren los comicios generales ya convocados para abril de 2021 y el cambio de mando presidencial del 28 de julio de 2021, el mismo día en que su país celebrará 200 años de independencia.
Político norteño
Merino es un empresario con estudios inconclusos de Agronomía, quien nació hace 59 años en la región norteña de Tumbes, fronteriza con Ecuador.
En paralelo a tareas privadas vinculadas con el sector agrícola en su región, desde 1979 se vinculó con el partido centrista Acción Popular (AP) y en el 2000 presidió el Frente de Unidad Nacional, integrado por varios partidos y movimientos políticos.
Un año después fue elegido congresista de AP por primera vez, en representación de Tumbes, una función que cumplió hasta 2006, en un período legislativo en el que su actividad más destacada fue la presidencia de la Comisión de Defensa del Consumidor.
En 2011 volvió a ser elegido parlamentario por AP, como parte de la Alianza Electoral Perú Posible, lo que le permitió ser vicepresidente del Congreso en el período 2011-2012, presidir la Comisión de Vivienda entre 2012 y 2013 y ocupar la vicepresidencia del Parlamento Amazónico en el periodo 2011-2013.
Presidente del Congreso
Tras ser electo nuevamente en los comicios legislativos extraordinarios de enero pasado, convocados después de que Martín Vizcarra disolviera el anterior parlamento, Merino fue nombrado presidente del Congreso este 16 de marzo, el mismo día que se decretó la emergencia nacional por la pandemia de COVID-19.
El legislador presidió una lista «multipartidaria» integrada por Luis Valdez, de la centrista Alianza para el Progreso; Guillermo Aliaga, de Somos Perú, y María Teresa Cabrera, de Podemos Perú.
Al asumir el cargo, aseguró que el Congreso debía «recuperar y fortalecer la confianza ciudadana» y que, por ese motivo, los legisladores tenían que «dar el ejemplo y tener una actitud responsable, transparente y eficaz»,
«Nos espera una tarea titánica. No hay tiempo para ensayar. No hay tiempo para improvisar. Ni para fracasar. Solo tenemos tiempo para actuar, concertar y trabajar», indicó en ese momento.
Crisis con el Ejecutivo
Sin embargo, desde el comienzo de su gestión se mantuvo la crisis política generada por el enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo que llevó a Vizcarra a disolver el anterior parlamento.
Esta crisis desencadenó en septiembre pasado en un primer pedido de destitución de Vizcarra por sus presuntos vínculos con la contratación irregular del cantante Richard «Swing» Cisneros en el Ministerio de Cultura.
A pesar del duro enfrentamiento, esa solicitud fue finalmente rechazada por el pleno legislativo, en gran parte con el argumento de que se debía mantener la estabilidad del país en medio del impacto de la pandemia de la COVID-19.
Sin embargo, en esa decisión también influyó la revelación de que, antes de esa votación, Merino había buscado comunicarse con altos mandos de las fuerzas armadas para intentar contar con su apoyo a un eventual gobierno suyo.
Complot político
Aunque el presidente del Congreso fue uno de los principales impulsores del primer intento de destituir a Vizcarra, tras conocerse sus polémicos acercamientos hacia jefes militares aseguró que no era parte de ningún complot político.
Merino sostuvo que es un ciudadano «responsable» y Acción Popular un partido «democrático», por lo que pidió tranquilidad a la ciudadanía con el objetivo de recuperar a su país ante la crisis sanitaria y económica causada por la pandemia.
Quizá por ese motivo, se ha mantenido casi en la sombra desde que se presentó el segundo pedido de destitución de Vizcarra, aunque ahora, tan solo un mes y medio después, se apresta a convertirse durante la tarde de este martes en un impensado presidente transitorio de Perú.
Será también el tercero que tendrá Acción Popular, tras los dos períodos de su líder y fundador Fernando Belaunde (1963-1968 y 1980-1985) y el gobierno de transición que presidió Valentín Paniagua entre 2000 y 2001.