Río de Janeiro.- La elefanta asiática Ramba, que llegó en octubre de 2019 a Brasil al haber sufrido cuatro décadas de maltratos en circos de Chile, murió el 26 de diciembre en un santuario brasileño, lugar que le ofreció refugio.
El Santuario de Elefantes de Brasil comunicó en un mensaje en su cuenta en Instagram, que Ramba murió al parecer, de los problemas renales que ya le habían sido diagnosticados en Chile.
La elefanta de especie asiática, que pesaba cerca de 3,6 toneladas y tenía aproximadamente 55 años, llegó el pasado 10 de octubre a Brasil tras una compleja operación que demoró dos años en ser planificada y ejecutada, y luego de siete años de espera para su transferencia.
La elefanta fue trasladada inicialmente en un avión Boeing 747 entre la ciudad chilena de Rancagua y el aeropuerto Viracopos de la ciudad de Campinas y después trasladada en camión hasta la que sería su casa definitiva, el Santuario de Elefantes de Brasil (SEB), ubicado en la Chapada dos Guimaraes, un ecosistema propio del estado del Mato Grosso (centro-oeste).
El de Ramba fue el primer caso de rescate internacional tras denuncias de maltrato animal de un elefante nacido en cautiverio.
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«Es con inmenso pesar que comunicamos la muerte de Ramba. Nuestra terca abuela, linda y mayor que la propia vida, ya no tenía fuerzas para luchar contra sus problemas renales», según comunicó el santuario.
La institución aclaró que, aunque la necropsia puede ofrecer más detalles sobre la muerte, el fallecimiento fue doloroso pero no sorprendió a los responsables por sus cuidados.
«Cuando Ramba fue diagnosticada con enfermedad renal, aún en Chile hace siete años, teníamos mucha esperanza de que consiguiera vivir al menos un año. Milagrosamente ese año se transformó en siete, que le dieron fuerzas y la ayudaron a llegar al Santuario», agregó la entidad.
«Le prometimos repetidas veces que vendría al Santuario y ella luchó para llegar hasta aquí. Aquí encontró una alegría gigantesca, consiguió explorar como siempre deseó y descubrió el sentido de la verdadera amistad», añade el mensaje.
Según los responsables, los veterinarios tan sólo encontraron a las elefantas Rana y Maia en el galpón que también era compartido por Ramba, que por lo general prefería los pastizales y un baño de lodo. Después de una rápida búsqueda, la elefanta fue avistada en un espacio cercano a un riachuelo que era uno de sus lugares preferidos y parecía estar durmiendo.
«Su muerte tuvo que haber sido repentina ya que el pasto a su alrededor estaba inalterado», según el Santuario, que tiene unos 1.100 hectáreas de extensión.
Ramba fue rescatada en 2012 de un circo en Chile y vivió durante siete años en el Parque Safari de Rancagua antes de que su transferencia a Brasil fuera acordada de forma definitiva.