Tres de los 50 manifestantes antigubernamentales que fueron excarcelados este viernes narraron el maltrato que sufrieron mientras estuvieron detenidos por protestar en contra del gobierno de Nicaragua, que preside el sandinista Daniel Ortega.
Franklin Artola, de 28 años, quien estuvo detenido desde el 23 de septiembre, dijo a Efe que los custodios lo golpearon a él y a un grupo de presos de consciencia por cantar el Himno Nacional de Nicaragua y gritar «patria libre o morir».
También que no podían reclamar o pedir agua porque los encerraban esposados en cuartos de castigos donde eran golpeados.
Además, dijo que sufrieron maltrato verbal y físico por parte de las autoridades del Sistema Penitenciario Nacional, que les cortaban el agua, la energía eléctrica y los amenazaban incluso con que tenían autorización para matarlos.
«Pasé casi siete meses encerrado, siete meses de represión metido» en la cárcel de máxima seguridad conocida como «La Modelo», contó.
Jefry Ortega Orozco, de 24 años, dijo a Efe que sufrió daños psicológicos y verbales.
Según su testimonio, durante los primeros meses que estuvo detenido las autoridades del penal los obligaban a cumplir un «régimen bastante fuerte» que incluía estar despierto desde horas de la madrugada para cotejar que estuvieran todos los prisioneros.
Uno de los guardas, contó, golpeaba con una cadena los abarrotes como señal de alarma para que los presos se levantaran.
«Me quedó un poco de transtorno esperar que tocaran esa cadena con las que nos levantaban», señaló Ortega Orozco, que, según dijo, «nunca había estado preso».
Jefferson Padilla, de 27 años, dijo a Efe que permanecer en prisión «fue una situación muy difícil, estresante y deprimente«.
Relató que lo llegaron a «secuestrar» a su casa, que fue allanada sin orden judicial por oficiales de la Policía y que lo despojaron de dinero y objetos personales.
Posteriormente fue trasladado a un distrito policial de Managua y después a la cárcel El Chipote, donde funciona la Dirección de Auxilio Judicial.
«Es difícil estar en ese lugar. Allí juegan psicológicamente con tu mente, te infunden el miedo«, explicó.
El Chipote es una prisión que en los últimos años ha sido señalada por organismos humanitarios como centro de torturas.
Cuando fue trasladado a La Modelo, vivían «reprimidos por los funcionarios» del penal, que los «contaban como ganado» y los «golpeaban», denunció.
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«Nos prohibían hasta pulseras azul y blanco«, que es el color de la bandera de Nicaragua y símbolo de las protestas en contra del Gobierno, indicó.
Los tres excarcelados, que agradecieron a Dios por su libertad condicional y a sus familiares por resistir, aseguraron que seguirán en la lucha por una «Nicaragua libre».
«Me siento muy feliz, porque estuve encerrado sin nada que ver, solo por luchar por mi país, solo por luchar por la libertad de nuestro pueblo, porque verdaderamente estamos con un presidente que no es un presidente, es un asesino, es un genocida por completo», señaló Franklin Artola.
«Eso no es de un presidente mandar a matar a niños, a jóvenes, a universitarios, eso no es de un presidente», sostuvo el joven, para quien un presidente tiene que apoyar a los campesinos, a los pobres y no mandar a matar a nadie.
Nicaragua sufre una grave crisis que ha dejado 325 muertos desde abril de 2018, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos elevan a 568 las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 199 y denuncia un supuesto intento de golpe de Estado.
Información de Efe.