Caracas.- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, planteó que una negociación entre el oficialismo y la oposición en Venezuela, en el contexto actual, con el afianzamiento de la administración de Nicolás Maduro, no puede enfocarse, a estas alturas, en la salida del gobernante, sino en cómo pueden cohabitar en el poder opositores y oficialistas mediante contrapesos.
En un artículo de opinión publicado en un medio uruguayo el viernes 29 de julio, Almagro repasó, entre otras cosas, aspectos que, desde su perspectiva, resultaron objetivos errados en las negociaciones entre el oficialismo y la oposición hasta el momento, cuando el proceso de diálogo que comenzó en México sigue paralizado.
«El objetivo de la salida de Maduro transformó a cada negociación en un juego de suma cero que terminaba siendo imposible: ni la salida de Maduro en una negociación ni una elección que pudiera significar su salida (…). Como todavía parece ser irrealista ese objetivo de algunos, entonces una negociación en ese contexto obviamente no puede ser cómo se saca a Maduro, sino cómo sigue», escribió Almagro.
El secretario de la OEA considera que la cohabitación es un ejercicio para el que prácticamente nadie está preparado en Venezuela. «Pero eso lo hace aún más necesario, en el sentido de que implica un ejercicio de diálogo político real, de institucionalidad compartida, de poderes del Estado compartidos. Compartir el Ejecutivo es complejo y muy difícil. En un esquema de tensión permanente, tiene que estar tan detalladamente regulado que la mejor fórmula sigue siendo la fórmula suiza de sistema colegiado».
Almagro, en ese sentido, alude a la constitución uruguaya de 1952 como ejemplo regional, producto de un pacto político. «Compartir es contrapesar. La cohabitación sin contrapesos puede transformarse en complicidad. El esquema de cohabitación a discutir en un proceso de diálogo debe dar garantías de contrapesos para quienes cohabitan. En caso contrario será una frustración más».
Según Almagro, sin un esquema que incluya compartir el poder desde su base, con garantía de participación del chavismo, del madurismo y de la oposición que lidera Guaidó, una «acción conjunta y coordinada de objetivos comunes hacia el futuro, es esencialmente imposible».
«El oficialismo debe asumir que sin la oposición la sociedad venezolana seguirá resquebrajada, dividida, desintegrada social y geográficamente, y la oposición debe asumir que sin el chavismo y el madurismo sucedería lo mismo», agregó Almagro.
De acuerdo con el secretario de la OEA, en el contexto actual de inexistente institucionalidad en Venezuela, considerar una propuesta de cohabitación de los factores políticos en una negociación puede ser un punto de partida para resolver el dilema político del todo o nada, en el que Gobierno tiene ventajas.
«Entre todo o nada, el régimen dice ‘todo’; entre mayoría o minoría, generalmente se elige mayoría, pero eso significa que hay espacios en los cuales puede normalizarse la vida institucional del país y otros en los que puede comenzar ese proceso», destacó.
Almagró destacó que Maduro fue subestimado respecto a sus capacidades de supervivencia, de manejo político y de habilidades diplomáticas, «y fue consolidando su fuerza aun desde un origen con muy poca legitimidad, la que se terminó de perder en los años siguientes».
En su columna, el secretario de la OEA hizo una analogía sobre la situación venezolana con un sendero que no se bifurca, sin embargo, cree que incluir en una negociación una propuesta de cohabitación entre los factores políticos en conflicto, en un contexto critico como el venezolano, abriría un nuevo sendero.
«En caso contrario, se continuará haciendo marchar a todo un pueblo por un sendero que no se bifurca nunca en el infierno de un país empobrecido, ineficiente, con violaciones de derechos humanos, con crisis migratoria, con crisis humanitaria, con crímenes de lesa humanidad, con crimen organizado», concluyó Almagro.