Ciudad de Panamá.- José Raúl Mulino fue electo el domingo 5 de mayo presidente de Panamá, con 34,4 % de las papeletas.
«Me complace, en nombre del Tribunal Electoral, comunicarle que de acuerdo a nuestro sistema de transmisión extraoficial de resultados es usted en estos momentos de forma extraoficial el ganador de la Presidencia de la República en las elecciones generales de 2024», informó a Mulino, en una videollamada, el presidente del Tribunal Electoral, Alfredo Juncá.
Mulino respondió que recibía «con placer los resultados expresados», una decisión del pueblo panameño que asume «con gran responsabilidad y humildad», después de una campaña «dificilísima» llena de obstáculos, en la que se trató de «boicotear» que un partido «legalmente constituido pudiera tener un candidato a la Presidencia».
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Con más del 90 % de los votos escrutados, Mulino logró 34,4 % de las papeletas, frente al 25 % del antisistema Ricardo Lombana, del Movimiento Otro Camino (MOCA); el 16 % del expresidente Martín Torrijos (2004-2009), del Partido Popular (PP), y el 11,2 % alcanzado por Rómulo Roux, de Cambio Democrático (CD).
Todos ellos reconocieron la derrota, el último de ellos Lombana, quien se postulaba como el gran candidato contra la corrupción, atribuida a la figura del expresidente Ricardo Martinelli y por extensión a su valido, José Raúl Mulino.
«Somos la principal fuerza de oposición de la República de Panamá», sentenció en su discurso esta noche Lombana.
Las escasas encuestas ya lo habían vaticinado al situar a Mulino encabezando la lista de los ocho aspirantes presidenciales, seguido en la mayoría de los casos por el expresidente Martín Torrijos, Lombana y Roux alternándose en el puesto, con un «empate técnico» entre ellos.
Sin embargo, en los días previos a esta jornada electoral, que transcurrió sin apenas incidentes y con una elevada participación de casi 77 %, muchos recordaban lo sucedido en 2014, cuando José Domingo «Mimito» Arias, candidato del expresidente Martinelli (2009-2014), pasó de liderar las encuestas a quedar súbitamente en un segundo puesto, por detrás de Juan Carlos Varela, que aparecía en los sondeos en una tercera posición.
Esta vez triunfó la apuesta de Martinelli, un exmandatario que se mantuvo eufórico durante la jornada electoral, a medida que se iban conociendo los resultados, utilizando las redes sociales como canal de comunicación, toda vez que se encuentra asilado en la Embajada de Nicaragua desde marzo, cuando su candidatura fue inhabilitada tras ser condenado a más de diez años de prisión por blanqueo de capitales.
«Ya es seguro que José Raúl Mulino de Realizando Metas RM y el Partido Alianza serán los claros ganadores de la Presidencia de la República de Panamá», declaró Martinelli en la red social X, saltándose una vez más la petición del Gobierno panameño de no hacer proselitismo ni comentarios políticos desde la embajada por su condición de asilado.
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Martinelli, la larga sombra de Mulino
Martinelli volvió a estar presente en esta jornada electoral, como lo ha hecho durante la campaña política de los últimos meses: tras votar, su delfín Mulino fue a visitarlo a la Embajada de Nicaragua en Panamá, donde ambos se fundieron en un fraternal abrazo dentro de la sede diplomática.
Pero Mulino tampoco las tuvo todas consigo. No fue sino hasta el viernes, dos días antes de las elecciones, que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Panamá decidió declarar que no era inconstitucional la decisión del 4 de marzo del Tribunal Electoral de designarlo in extremis candidato para sustituir a Martinelli.
La Corte Suprema había admitido en marzo una demanda de inconstitucionalidad contra el Acuerdo del Tribunal Electoral (TE), que ese mismo mes designó al candidato a vicepresidente Mulino sustituto de Martinelli, a pesar de una demanda en contra de la medida que argumentaba que Mulino aspiraba a la Presidencia sin candidato a vicepresidente, lo que viola artículos constitucionales, y que no fue elegido en primarias por el partido que lo abanderaba, Realizando Metas.
Mulino, un político de largo recorrido que fue ministro de Seguridad y de Gobierno durante la administración de Martinelli, asegura que retomará los “buenos tiempos” de su valedor político, cuando se consolidó como el país con el mayor crecimiento económico de la región, además de construir el primer Metro de Centroamérica.
En julio de 2009, Martinelli lo nombró ministro de Gobierno (Interior) y Justicia, y en abril de 2010 ministro de Seguridad Pública, una accidentada gestión por la represión en julio de ese mismo año de protestas de trabajadores bananeros en la región de Bocas del Toro (Caribe), con un saldo de dos muertos, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos.
Al inicio de la administración de Juan Carlos Varela (2014-2019) fue acusado de corrupción en relación con la empresa italiana Finmeccanica por recibir, supuestamente, comisiones por la compra de 19 radares, caso por el que fue encarcelado de manera preventiva durante 7 meses hasta abril de 2016. Esta causa fue anulada en agosto de 2017.
José Raúl Mulino ha dicho que de llegar al poder “ayudaría” a Martinelli “como corresponde de acuerdo a la ley”, después de que el actual Gobierno le negó un salvoconducto para viajar a Nicaragua.