Roma.- Italia registró este jueves 12 de noviembre, 40.902 nuevos contagios y 550 fallecidos por COVID-19, mientras el Gobierno incluyó a dos regiones más, Campania y Toscana, en las «zonas rojas», las de mayor riesgo y donde impera un confinamiento casi total aunque algo más ligero que la pasada primavera.
De acuerdo a los datos del Ministerio de Sanidad, con estas cifras, el total de casos desde que comenzó la emergencia en febrero asciende ya a 1.107.303, y los muertos son 44.139.
El último día se han realizado más de 254.000 pruebas de detección, y el índice de positividad medio es de casi el 16%.
Ya hay casi 31.000 personas (más de mil las últimas 24 horas) ingresadas en los hospitales, que están a punto de colapsar, y 3.230 pacientes están en unidades de cuidados intensivos.
ITALIA | UNO DE CADA 60 HABITANTES SE HA CONTAGIADO DE COVID-19
Lombardía encabeza una vez más la lista de nuevos contagios, con 10.634 las últimas 24 horas, y suma cerca de 20.000 de los muertos totales desde que comenzó la epidemia.
Le siguen Piamonte, con 5.258 nuevos casos, Campania (sur), con 4.079 y Véneto con 3.605.
Por decisión del ministro de Sanidad y ante la evolución de los casos, Campania y Toscana se convierten en «zonas rojas», donde imperan las restricciones más duras, que entrarán en vigor el próximo domingo 15.
Se suman así a las regiones de Valle de Aosta, Lombardía, Piamonte y Calabria, así como la provincia autónoma de Bolzano, también declaradas «zonas rojas».
El Ministerio de Salud también ha decretado que Emilia-Romagna, Friuli y Marche pasen a «zonas naranjas», de riesgo medio, sumándose a Abruzzo, Basilicata, Liguria, Puglia, Sicilia y Umbria.
Y siguen «zona amarilla», con menor riesgo pero también restricciones, el resto del país, con regiones como Lacio, en el cetro del país y con capital en Roma, donde entre otras medidas cierras bares y restaurantes a las 18.00 horas y están cerrados totalmente museos, cines, teatros, salas de conciertos o gimnasios.
El primer ministro, Giuseppe Conte, sigue descartando un confinamiento nacional y espera que el índice Rt, de transmisión del virus, baje del actual 1,7, lo que indicaría que las medidas parciales están funcionando.
Sin embargo, hoy echó un jarro de agua fría sobre las expectativas para la Navidad, y señaló que no es el momento de grandes celebraciones ni de juntarse en grupos grandes.
«Consideraremos la curva epidemiológica que tendremos en diciembre pero no debemos identificar la Navidad solo con compras, regalos y dinamización de la economía», dijo Conte.
«La Navidad, sea cual sea la fe religiosa, es ciertamente también un momento de reflexión espiritual privada… No es bueno hacer una reflexión espiritual privada con muchas otras personas», añadió.
En la misma línea, el ministro de Asuntos Regionales, Francesco Boccia, ha señalado que la Navidad debería celebrarse sólo entre los «familiares más cercanos».
Mientras, el virólogo de la Universidad de Milán Fabrizio Pregliasco advirtió de que con la llegada de la Navidad se corre «el riesgo de que la política esté tentada a restar importancia a la situación como lo hizo en verano, para reactivar la economía».
Para Pregliasco es necesario que el país se prepare «para la tercera ola de la Covid-19 que llegará en febrero», afirmó en una entrevista publicada hoy en el rotativo «Il Giornale».