Israel, con gran parte de su población inmunizada, dio hoy, 18 de abril, otro paso hacia la normalidad: los ciudadanos se pudieron quitar la mascarilla al aire libre, tras un año de imponerse su uso obligatorio para contener el contagio de COVID-19, y las escuelas reanudaron clase presencial a tiempo completo sin división en grupos reducidos.
Sin grandes restricciones, con una reapertura casi total y un ambiente que recuerda a los tiempos previos a la pandemia, muchos israelíes salieron a la calle sin la mascarilla puesta, con el optimismo de sentir que siguen dejando atrás la pandemia tras una veloz vacunación que llevó a un descenso sostenido de la morbilidad.
Obligatoria en interiores
Pero las mascarillas no desaparecen por completo, todavía son obligatorias en espacios interiores. Sanidad recomienda usarlas también en grandes reuniones o zonas concurridas en área exterior.
Ante ello, quizás también por una costumbre ya adquirida, muchos paseaban hoy por Jerusalén con la mascarilla que les cubría la boca y la nariz, o colocada en el mentón para ponérsela rápidamente si debían entrar a un comercio o subirse al autobús.
«Salí de casa sin la mascarilla puesta, pero al cabo de poco me la volví a poner porque me sentía raro, como si estuviera desnudo», explicó a EFE Tuval Wolf, un joven israelí que caminaba por una calle peatonal de la Ciudad Santa con tapabocas.
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Por su lado, Yoav Menuhin, estudiante de 23 años, dijo que salir al aire libre y respirar sin el filtro de la mascarilla fue «liberador e incluso emocionante». Sin embargo, considera que la población debe ser cautelosa y no olvidarse de ponerse la mascarilla en interiores.
Israel ya vacunó a más de 5,3 millones de personas con al menos una dosis de la vacuna y a casi 5 millones con ambas, lo que supone más de la mitad de su población de unos 9 millones de habitantes.
La vacunación -una de las más rápidas del mundo- hizo caer en gran medida los contagios, fallecidos y pacientes en estado grave. En este momento solo hay unos dos centenares de hospitalizados en condición crítica, y los enfermos activos son poco más de 2.500. Los contagios diarios también se han reducido, ayer detectaron solo 85 casos nuevos, con un porcentaje de positivos del 0,8%.
De vuelta a las escuelas
Otro sector que percibe los progresos recientes es el educativo. Tras haber vuelto este febrero de manera gradual a las aulas con restricciones, grupos burbuja y combinando lecciones virtuales y presenciales, unos 2,5 millones de alumnos reanudaron las clases a tiempo completo y sin tener que estar separados en «cápsulas».
Las medidas son tanto para niños de guardería como estudiantes de primaria y secundaria, que a partir de hoy podrán ir a clase entre cinco y seis días por semana, como era habitual antes del virus.
También se levantaron las limitaciones que tenían para moverse entre aulas, pero deberán seguir ventilando estancias, mantener la distancia social y usar mascarillas en clase, concretó hoy el Ministerio de Educación en un comunicado.