Caracas.- Al menos 21 migrantes hondureños que viajan en caravana por Guatemala rumbo a Estados Unidos (EE. UU.) han dado positivo a una prueba del COVID-19, según confirmaron este domingo las autoridades sanitarias locales.
La directora de comunicación del Ministerio de Salud guatemalteco, Julia Barrera, señaló a los periodistas que los 21 migrantes se «acercaron a buscar» atención médica en diversos puntos del país y tras efectuarles una prueba se comprobó que están contagiados.
De acuerdo a Barrera, los 21 migrantes con la enfermedad, 12 hombres y 9 mujeres, fueron trasladados a centros de atención específica para el COVID-19 de modo que queden en cuarentena.
«Ninguna persona de las positivas ha sido retornada a Honduras, ya que primero deben guardar la cuarentena en Guatemala previo al regreso a su país», añadió Barrera.
En varios departamentos
El Ministerio de Salud precisó que los 21 migrantes contagiados se encontraban distribuidos en al menos seis departamentos alrededor del país: Escuintla, Chimaltenango, Santa Rosa, Quiché, Quetzaltenango y Guatemala.
En cuanto a su estado de salud, Barrera aseveró que todos los casos son «leves» pero que si hubiera alguna complicación, los migrantes serían trasladados a un hospital.
Los hondureños forman parte de una caravana migrante conformada por más de 9.000 compatriotas, según cálculos oficiales, que salió desde San Pedro Sula, ciudad del norte de Honduras, en distintas fases los pasados miércoles, jueves y viernes.
Los migrantes buscan llegar a Estados Unidos para tener mejores condiciones de vida, alejados de la pobreza y la violencia que azotan el istmo centroamericano, especialmente después de la pandemia y los huracanes Eta y Iota, que tocaron tierra en noviembre pasado.
Según las autoridades migratorias guatemaltecas, en los últimos cuatro días han sido devueltos a su país un total de 1.383 hondureños.
Los migrantes no pueden continuar su travesía si no cumplen con una prueba negativa del COVID-19, según el Instituto Guatemalteco de Migración.
La caravana de 9.000 hondureños se coló ilegalmente entre la noche del viernes y el sábado por el puesto fronterizo El Florido, en el departamento de Chiquimula.
Sin embargo, las fuerzas de seguridad impusieron al final del sábado una barrera policíaca unos 20 kilómetros después de la frontera de El Florido, siempre en Chiquimula, por lo que al menos 6.000 migrantes se encuentran varados sin poder avanzar.
Los hondureños, sin embargo, se rehúsan a dar marcha atrás, incluso después de que en la mañana de este domingo fueron reprimidos con fuerza por el Ejército y la policía al intentar avanzar.
Según constató EFE, los migrantes fueron atacados a palos y con bombas lacrimógenas en la mañana de este domingo por miembros del Ejército de Guatemala cuando intentaron avanzar en una carretera al este del país, donde permanecen desde el sábado.
El grupo que se encuentra varado está compuesto por alrededor de 6.000 migrantes, mientras que los otros 3.000 hondureños que conforman la caravana han logrado avanzar en algunos casos y en otros la multitud se ha ido diluyendo o ha emprendido el viaje de vuelta a su país.