«Somos las juventud del papa» o «Francisco I te quiere el mundo entero» fueron algunas de las populares consignas que coreó la multitud reunida hoy en el barrio lisboeta de Belem para recibir al pontífice, que llegó a Portugal para sumarse a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
El papa estrenó el programa oficial de su visita con una reunión en el Palacio Nacional de Belem con el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, tras llegar a Lisboa.
Arropado por un impresionante despliegue de seguridad, Francisco se trasladó desde la base militar de Figo Maduro hasta Belem en un coche cerrado desde el que saludó a los cientos de personas que esperaban a su paso durante el recorrido.
Ya en Belem, una multitud, en su mayoría jóvenes católicos llegados para sumarse a la JMJ, esperaban al pontífice entonando temas religiosos y lanzando vivas y consignas para saludar a Francisco, que un momento rompió el protocolo para bendecir a un bebé.
Allí estaba Ana Lucía Pérez, guatelmalteca de 28 años, que no ocultaba su emoción y su deseo de «renovar este encuentro con Cristo».
La joven, que se aloja con su grupo de peregrinos en un pabellón deportivo en Oeiras -en las afueras de Lisboa- se levantó al amanecer para asegurarse de que llegaría a tiempo para ver al pontífice.
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«Desde la JMJ de Madrid 2011 tenía esta inquietud. Este año tuve que renunciar a mi trabajo para venir, pero tenía que venir», asegura Ana Lucía, que aprovechará el viaje para quedarse unos días de turismo en Portugal tras la Jornada.
También Daniel Casquete, un seminarista de Ecuador, madrugó hoy para ver a Francisco convencido de que la JMJ constituye un «acercamiento a un jefe de Estado que es importante para generar el vínculo que busca la Iglesia con la paz».
Con su grupo, unas veinte personas, llegó hace once días a Madrid para iniciar un peregrinaje que le llevó a varias ciudades españolas antes de llegar a Lisboa.
Casquete, que ha asistido ya a varias ediciones de la JMJ, elogia la logística de Lisboa 2023 pero, dice, «la que más me ha gustado hasta ahora es Madrid 2011».
Tras abandonar Belem, Francisco se trasladó a la Nunciatura, donde mantendrá un almuerzo privado antes de recibir el primer ministro portugués, el socialista António Costa.
El papa, de 86 años, llega a Lisboa apenas dos meses después de someterse a una intervención quirúrgica y encabezará la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que concluirá el próximo día 6.
Este es el segundo viaje a Portugal del pontífice, que en 2017 realizó una visita relámpago al santuario de Fátima.