Estados Unidos enviará esta semana miles de tropas a Afganistán y el Golfo Pérsico para evacuar a la mayor parte del personal de su embajada en Kabul, ante un creciente temor de que la capital afgana pueda caer en manos de los talibanes en el próximo mes.
El Pentágono anunció este jueves, 12 de agosto, el despliegue de al menos 7.500 militares en la región, entre ellos 3.000 que llegarán en las «próximas 24 a 48 horas» al aeropuerto internacional Hamid Karzai de la capital afgana para ayudar a sacar del país a cientos de empleados de la embajada.
«Creemos que esto es lo más prudente, dado el rápido deterioro de la situación de seguridad en Kabul y sus alrededores», dijo el portavoz del Departamento de Defensa, John Kirby, en una rueda de prensa.
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La decisión supone un notable giro de timón después de semanas en las que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, insistió en que los avances de los talibanes no le harían replantearse la retirada militar del país, que ya estaba completa al 95%, según el Pentágono.
El envío de 3.000 soldados más a Kabul, donde quedaban todavía unos 650, elevará el contingente estadounidense en Afganistán a un nivel ligeramente mayor al que tenía cuando comenzó el proceso de retirada militar el pasado mayo, momento en el que había 3.500 militares estadounidenses en el país.
Asimismo, el Ministerio de Defensa del Reino Unido anunció el jueves el envío de 600 militares a Afganistán para ayudar a los nacionales británicos a abandonar ese país ante el «rápido deterioro de la seguridad» y el aumento de la violencia.
Esas tropas permanecerán en Afganistán durante un «corto periodo» de tiempo, detalló Defensa en un comunicado, mientras la embajada británica en Kabul ha acelerado el trabajo para entregar visados a trabajadores que han estado vinculados con la legación.
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La plantilla de la embajada británica se ha reducido ya al mínimo equipo para proveer asistencia consular a aquellos que necesitan abandonar con urgencia el país, agregó la nota del Ministerio.
Los soldados británicos ofrecerán «protección» y «apoyo logístico» para facilitar la movilidad de los ciudadanos de nacionalidad británica y colaborarán en labores para que traductores y otros trabajadores vinculados a la misión británica en el país puedan trasladarse al Reino Unido «tan pronto como sea posible».