Fraga (Huesca, España).- La localidad española de Fraga será crucial de cara a la inmunización de la población mundial contra el COVID-19, pues la planta que la multinacional de la tecnología médica Becton Dickinson (BD) tiene en el municipio ha fabricado ya más de 400 millones de jeringas para el proceso de vacunación.
En concreto, ha vendido ya 25 millones de sus jeringas especiales a la mayoría de las comunidades autónomas, 190 millones a Estados Unidos, 75 millones a Canadá, 65 millones al Reino Unido y también están llamando a su puerta Francia o Alemania, ha indicado a EFE la directora general de BD para España y Portugal, Lourdes López.
La compañía prevé incorporar una línea adicional el año que viene para dar apoyo a la que actualmente tiene en servicio, con lo que la producción total para este fin llegaría a los 500 millones, según ha explicado el director de la planta, Javier Pardiño.
Esta jeringa, que se fabrica exclusivamente en Fraga desde hace más de 10 años, está especialmente diseñada para la vacunación y tiene diversas ventajas respecto a otras.
Entre ellas, López ha destacado que es «muy sencilla» de utilizar, que viene ya con la aguja incorporada y cuenta con un sistema para aprovechar al máximo las dosis, con lo que permitirá vacunar a entre un 15% y un 19% más de personas con la misma cantidad.
Ello supondrá un ahorro de cientos de millones de euros y, sobre todo, permitirá que la vacuna llegue a más gente en una primera fase.
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La jeringa, que cuesta alrededor de 10 céntimos aguja incluida, sirvió ya para vacunar del virus H1N1 (gripe A) y se ha utilizado en campañas realizadas por Unicef o la Fundación Gates en el tercer mundo, siempre y cuando no se trate de vacunas que ya llevan tiempo en el mercado, que ya suelen tener jeringas incorporadas, que suelen ser de cristal y que también fabrica BN.
Con la llegada de la pandemia, la planta empezó a planificar las necesidades e invirtió en una nueva línea para duplicar la producción de estas jeringas, además de pasar de dos a tres turnos diarios.
Así, si hace un año podían estar fabricando unas 200 millones de unidades anuales, ahora la capacidad de producción se está duplicando y casi triplicando, asegura la directora general de la compañía para España y Portugal.
Además, BN también fabrica test diagnósticos y de antígenos de COVID-19 y otras enfermedades infecciosas, catéteres y otros productos para distintos tratamientos quirúrgicos, como mallas o biopsias.
«Desde que el paciente entra en un hospital hasta que sale, en el 70% u 80% de lo que se le hace puede estar implicado algún producto de BD», ha afirmado López, quien ha explicado que en Fraga se fabrican también jeringas para otro tipo de inyecciones y otras especiales para lavado de vías.
«No está siendo fácil», reconoce Lourdes López, ya que precisamente Fraga ha sido una localidad muy castigada por la pandemia y la propia planta ha tenido que hacer frente a casos de COVID-19.
No obstante, agregó que han conseguido que no se produjeran contagios dentro de la fábrica, cubrir puestos, ampliar turnos y recurrir a empresas de trabajo temporal cuando ha sido necesario, y han logrado su objetivo, con lo que se muestra «orgullosa» del equipo.
BD cuenta con 650 trabajadores en su planta de Fraga y suma 1.500 con sus otras dos fábricas de San Agustín de Guadalix (Madrid) y Almaraz (Cáceres), más su sede de Madrid y sus oficinas de Barcelona y Málaga.
En los últimos años, la compañía, que ocupa en torno al tercer o cuarto puesto a nivel mundial en el sector de la tecnología médica, está «innovando continuamente», especialmente en lo relacionado con la automatización.
Se trata de un mercado con productos bastante especializados, con lo que no hay demasiada competencia, aunque sí que la hay cuando se trata de componentes como las jeringas, con cada vez más competidores que llegan desde India o China, pero con diferencias de calidad «muy importantes», ha asegurado la directiva de BD.