Ciudad del Vaticano.- El papa emérito Benedicto XVI, que falleció el sábado a los 95 años, será despedido por los fieles y por su sucesor, Francisco, durante esta semana. Se realizará con una capilla ardiente de tres días y un funeral solemne en la plaza de San Pedro.
Los ritos empezarán mañana cuando los restos del pontífice alemán sean expuestos en una capilla ardiente de tres días en la basílica de San Pedro del Vaticano para que puedan despedirse los fieles.
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La basílica permanecerá abierta durante 10 horas el lunes, pero este plazo aumentará el martes y el miércoles, pues los fieles podrán pasar ante el cuerpo del papa difunto.
Funeral en San Pedro
El jueves, su sucesor, Francisco, presidirá el funeral en la plaza de San Pedro, ante la presencia de fieles y delegaciones oficiales de Italia y del país natal de Ratzinger, Alemania. Otras autoridades podrán asistir a título personal.
Después, el cuerpo del teólogo será inhumado en la cripta bajo la basílica de San Pedro. Ahí reposan otros muchos pontífices de la milenaria historia de la Iglesia católica.
La intención es darle una despedida solemne pero sobria, respetando el expreso deseo del difunto.
En todo caso, este rito funerario ha suscitado un gran interés ya que el Vaticano aún no ha regulado un protocolo a seguir en caso de la muerte de un «papa emérito», ya que Benedicto XVI fue el primero en renunciar desde tiempos de Gregorio XII, hace seis siglos.
No serán unas exequias pontificias «normales», de hecho no irán seguidas por un cónclave para elegir un nuevo papa. Entre otras cosas, el cuerpo de Ratzinger no se llevará en procesión por la plaza como se hizo con Juan Pablo II, según el portavoz Matteo Bruni.
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Un día después de su muerte, todavía se desconoce si se seguirá a pies juntillas la liturgia y si se respetará el estricto protocolo y simbolismo de otras muertes «petrinas».
Por ejemplo, no se conoce aún si, como manda la tradición, el cuerpo del papa será acogido por tres féretros: uno de ciprés forrado de terciopelo carmesí y encajado en otro de plomo de cuatro milímetros de espesor, a su vez encajado en otro de madera de olmo.