El eclipse total de Sol que hizo viajar a multitudes de personas de todo el mundo a Chile y Argentina protectó su sombra sobre varios puntos de este último país -que pudo verlo junto a Chile en su fase completa- y fascinó a quienes lo apreciaron este martes.
El eclipse comenzó a las 16:26 hora local (19:26 GMT) y el oeste del país fue el lugar privilegiado para observar cómo la luna avanzó con movimiento firme sobre el Sol hasta cubrirlo por completo sobre las 17:40 (20:40 GMT), en un fenómeno que por lo común es raro de ver pero que Argentina tendrá la suerte de repetir en 2020.
Uno de los parajes donde se reunieron centenares de personas para seguirlo fue el Mirador de los Cóndores de Merlo, en la provincia de San Luis, en el centro oeste del país.
En una tarde soleada y despejada en San Luis, el aficionado a la astronomía argentino Mariano Arias dijo a EFE que para él, poder ver un eclipse así es «magia».
Cuestionado en las horas previas, Arias, que llegó esta mañana a San Luis desde Buenos Aires, se convirtió en un manojo de nervios: «El eclipse son dos minutos y segundos, pero la verdad es que son horas».
«Esto es emocionante. Es magia, único, un evento raro. Estoy viendo la emoción y las palpitaciones que va a dar verlo», afirmó.
Desde más lejos llegó a ese lugar Paulo Sanches, un brasileño de Sao Paulo que ya es un experto en perseguir eclipses por el mundo.
«Este es mi sexto eclipse de sol», indicó Sanches, que eligió la montaña sobre las amplias llanuras de San Luis por tratarse de «un sitio maravilloso».
En San Luis, la capacidad hotelera fue de «casi» el 100 %, según la Oficina de Turismo provincial, y los visitantes procedieron de lugares cercanos y remotos.
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Como Sanches, la mayoría viajaron desde Brasil, pero hubo reservas desde Colombia, Corea del Sur, Estados Unidos y Perú.
Entre los presentes en el Mirador de los Cóndores, muchos acudieron en familia, como la argentina Claudia López.
«Estamos felices de poder disfrutar de este regalo de la naturaleza; es un privilegio para todos nosotros», explicó.
Una hora después del denominado «primer contacto», cerca de las 17:30 (20:30 GMT), la órbita de la Luna se situó encima de la solar por completo y provocó el estado de «umbra».
Al contrario de lo que sucede con el ciclo solar, el eclipse avanzó de oeste a este, por lo que la primera provincia argentina donde se vio fue en San Juan.
Por orden, disfrutaron el 100 % del eclipse las regiones de La Rioja, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, en una franja de totalidad que solo tuvo 150 kilómetros de ancho.
La capital argentina quedó, por muy poco, fuera del rango de esa zona clave, y aunque se quedó en un 99 % se trató de un cambio notable, según los expertos.
El resto del país, desde Jujuy en el norte hasta Tierra del Fuego en el sur, también lo vio en ese o menor grado hasta que alrededor de las 18:45 desapareció por completo, justo en coincidencia con la puesta de sol del invierno austral.
Al ocurrir tan cercano a la noche, fue un eclipse a muy baja altura sobre el horizonte del oeste-noroeste, por donde se oculta el sol en el hemisferio sur, y después de su final tan solo pasaron minutos hasta que el país se sumió, por segunda vez, en la oscuridad.
Varias instituciones, entre ellas el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas argentino (Conicet), organizaron eventos para acompañar a una jornada marcada en el calendario de los aficionados a la astronomía desde hace varios años.
El Conicet organizó un despliegue en su observatorio El Leoncito, en la provincia de San Juan, donde preparó un telescopio con filtro solar y una cámara para transmitir el eclipse en pantalla gigante a todos los que se reunieron allí, así como por Internet.
Durante los días y horas previas al evento, la entidad pública argentina realizó jornadas profesionales y talleres de astronomía en San Juan con la excusa del eclipse.
EFE