Washington.- Luego de año y medio de guerra comercial, Estados Unidos y China escenificaron una tregua con la firma de un acuerdo preliminar que, no obstante, mantiene en vigor gran parte de los aranceles aplicados en sucesivas rondas.
«Es un cambio radical en el comercio internacional», dijo Trump en una ceremonia en la Casa Blanca que contó con la presencia del vicepresidente, Mike Pence; gran parte de su gabinete, así como destacados legisladores.
«Juntos estamos arreglando los errores del pasado y ofreciendo un futuro de justicia económica y seguridad», agregó el mandatario.
La delegación china estuvo encabezada por el viceprimer ministro, Liu He, pese a que en un primer momento Trump anunció que la ratificación del acuerdo contaría con la presencia del presidente chino, Xi Jinping.
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Para tratar de suplir esta ausencia, Liu leyó una carta del presidente Xi en la que éste destacó que la firma «es buena para China, para EE.UU. y para el mundo» y expresó su «confianza» en que las empresas chinas que hagan negocios en este país serán tratadas con «justicia». «China se abrirá aún más», remarcó Liu.
En 2018, Estados Unidos exportó bienes por valor de 120.000 millones de dólares a China, mientras que las importaciones del gigante asiático ascendieron a 540.000 millones de dólares.
Trump indicó que los aranceles se mantienen en vigor como elemento de «negociación» de cara a la segunda fase del pacto comercial.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, presente en la ceremonia, señaló que la nueva fase de negociaciones, aún sin fecha, podría segmentarse en «fase 2A, 2B, 2C», y abordará las quejas de EE.UU. sobre robo de propiedad intelectual.
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Los mercados celebraron el acuerdo con nuevas subidas, y Wall Street registraba este miércoles ganancias y récords poco antes del cierre de la jornada en el Dow Jones de Industriales y el selectivo S&P 500.
«La primera fase del acuerdo es esencialmente una tregua comercial, a la que se agregan grandes compras dirigidas por los estados», explicó Mary Lovely, investigadora del centro de estudios Peterson Institute for International Economics, en una nota.
Para la Federación Agrícola de EE.UU., una de las principales agrupaciones del sector, es un «paso importante».
«China fue una vez el mayor mercado para los productos agrícolas de EE.UU. pero ha caído al puesto número 5 desde que se fueron aplicando los aranceles en represalia. Este acuerdo ayudará a dar la vuelta a dos años de declive en las exportaciones agrícolas», sostuvo Zippy Duvall, presidente de la asociación en un comunicado.
Consciente del daño generado por la guerra comercial con China, Trump se vio obligado a aprobar dos paquetes de asistencia financiera federal a agricultores y granjeros por un valor total de casi 30.000 millones de dólares.
Las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales, que comenzaron el año pasado, han tenido profundas consecuencias.
En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, publicadas en octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajaba sus proyecciones de expansión al 3 % para 2019, dos décimas menos que en julio, lastradas por las dudas que ha generado esta disputa.
Minutos después de la firma, la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, celebraba el acuerdo para rebajar las tensiones pero instaba a «avanzar hacia pacto integral que apoye un sistema de comercio global más abierto, estable y transparente».