Bogotá.- El presidente colombiano, Iván Duque, hizo este jueves un llamado al país a la calma tras la muerte del abogado Javier Ordóñez, a manos de dos policías que lo sometieron con brutalidad, en un caso de abuso policial que generó protestas y vandalismo que se cobraron la vida de al menos ocho personas.
«Quiero hacer un llamado a la calma y a la serenidad, pero al mismo tiempo a la confianza en las instituciones independientes de nuestro Estado de derecho para que sean las autoridades (…) las que establezcan estas circunstancias», dijo Duque en su primer pronunciamiento sobre lo ocurrido este miércoles en Bogotá y otras ciudades del país.
Agregó que espera que «no sean las voces que llaman a la confrontación, a la desesperanza, a la rabia, las que conduzcan el pueblo colombiano».
En un acto en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, el jefe de Estado remarcó que «el llamado a la calma y la serenidad no es un llamado a la indiferencia, es un llamado a que todos tengamos la confianza, pero al mismo tiempo hacerle hincapié a las autoridades para que nos transmitan resultados».
Sobre las acciones violentas del miércoles, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, dijo este jueves que fueron seis las personas que murieron en las protestas en la capital colombiana, lo que eleva a ocho los fallecidos con dos ocurridos en la vecina Soacha.
AYUDA PARA LA FAMILIA
Ante lo ocurrido con Ordóñez, el presidente Duque expresó su solidaridad con la familia y aseguró que a través de la Cancillería se está trabajando para facilitar que los familiares del abogado que viven en España y Argentina puedan regresar.
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«Estos hechos se van a investigar con total rigor y prontitud, hoy la Fiscalía General de la Nación ha abierto investigación; se está haciendo la investigación en el cuerpo policial», detalló.
Asimismo, Duque rechazó la «violencia, el vandalismo y las agresiones que se observaron frente a la fuerza pública y a muchas de las instalaciones que la fuerza tiene para proteger a los ciudadanos».
Las protestas comenzaron frente al Comando de Acción Inmediata (CAI) de la Policía del barrio Villa Luz, en el oeste de Bogotá, en el que trabajaban los dos uniformados que en la madrugada del miércoles sometieron con brutalidad y el uso prolongado de una pistola eléctrica Táser a Ordóñez, padre de dos hijos pequeños, que luego murió en una clínica.
Sin embargo, grupos de jóvenes empezaron a atacar instalaciones policiales y autobuses de servicio público en diferentes partes de la ciudad, lo que hizo que la protesta se saliera de control dejando, además, 58 heridos.