Madrid. La investidura como presidente del Gobierno de España del socialista Pedro Sánchez este mes de julio se complica por la incapacidad de llegar a un acuerdo con la formación de izquierda Unidas Podemos (UP), a priori su principal apoyo, con cuyo líder, Pablo Iglesias, mantiene un tira y afloja desde el inicio de las conversaciones tras las elecciones generales del pasado 28 de abril.
Los próximos 22 y 23 de julio está prevista la sesión de investidura de Sánchez en el Congreso de los Diputados, pero todo hace prever que no conseguirá los votos necesarios para formar Gobierno, ya que ni uno ni otro parece estar dispuesto a variar sus posturas, tal y como quedó patente en la nueva reunión que mantuvieron este martes.
En una nueva escalada de acusaciones y desmentidos, los socialistas aseguraron que en el encuentro Iglesias reclamó a Sánchez ser vicepresidente de su Gobierno, algo que la formación de izquierda negó «rotundamente».
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«Al señor Iglesias le preocupan más los nombres del Consejo de Ministros que la política», lamentó en rueda de prensa la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, que recalcó que Iglesias se niega a hablar de un programa de Gobierno.
«Queremos hablar de las políticas, el problema es que no tenemos interlocutor, no se quieren sentar a hablar de eso», lamentó Lastra, quien apuntó que es la primera vez que ve en una negociación que el otro partido no quiere negociar un documento político, «que es la base de cualquier acuerdo de gobernabilidad».
Los portavoces de Unidas Podemos no comparecieron en rueda de prensa, pero fuentes del partido aseguraron que el presidente en funciones del Gobierno español le dijo a Iglesias que irá a elecciones si no cuenta con apoyos a la investidura, lo que el Psoe niega.
«Constatamos que Pedro Sánchez no quiere negociar, sino que intenta imponer unilateralmente un gobierno de partido único. No es sensato que el Psoe actúe como si tuviera mayoría absoluta cuando no la tiene», indicaron fuentes del partido de Iglesias tras la reunión.
Cita con la derecha
Sánchez también se reunió este martes con el presidente del Partido Popular (PP), el conservador Pablo Casado, quien reiteró la posición de su partido de no facilitar la investidura porque, aseguró, «no sería bueno que España se quedara sin alternativa política».
A eso se suma la ausencia en las negociaciones de Ciudadanos (C’s, liberales), cuyo líder, Albert Rivera, ni siquiera quiso participar en esos encuentros al considerar que su proyecto es «antagónico» al del aspirante a encabezar la jefatura del Estado de España.
Sin embargo, con el reto de volver a tener que pactar con partidos independentistas como EH Bildu (nacionalistas radicales vascos) o ERC (independentistas radicales de izquierdas), lo que supondría acceder a un gobierno inestable para los próximos cuatro años, Sánchez ha insistido siempre en recordar a las formaciones constitucionalistas que la mejor solución para un Ejecutivo estable sería su abstención.
En los comicios de abril, los socialistas lograron 123 de los 350 diputados del Congreso español, así que Sánchez necesita el apoyo de otras fuerzas parlamentarias para poder renovar como presidente del Gobierno.
Si Sánchez no es investido este mes la fecha límite para una segunda sesión sería el 21 de septiembre, y si tampoco pudiera ser investido se tendrían que celebrar nuevas elecciones, que en principio serían el 10 de noviembre.