El Gobierno de Colombia ha pedido al de Venezuela por vía diplomática que asegure mayor control en la frontera para evitar el paso de combatientes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) desde el Catatumbo y que impida que el territorio venezolano sirva de plataforma.
Así lo manifestó este 22 de enero en la sede de las Naciones Unidas el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, que intervino por última vez – renunció al cargo- ante el Consejo de Seguridad en su sesión trimestral sobre la Misión de Verificación en Colombia.
Murillo se refería a la violencia desatada hace una semana en la región del Catatumbo, una amplía zona que conforman once municipios del departamento Norte de Santander (noreste), limítrofe con Venezuela, entre miembros del fortalecido ELN y las disminuidas disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que ya causó al menos 80 muertos y más de 36.000 desplazados.
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La nueva oleada de violencia ocurre en medio de los señalamientos de algunos sectores políticos en Colombia que acusan al Gobierno de Venezuela de amparar a los miembros del ELN en su lado de la frontera.
Al respecto, Murillo dijo que los Gobiernos de ambos países están coordinados para garantizar la tranquilidad de lado y lado de la frontera, para ello Bogotá ha «manifestado al Estado venezolano que evite (…) los pasos de integrantes del ELN por la frontera», porque es un hecho que había una serie de pasos ilegales, aunque todo ello sin que se llegue al extremo de cerrar los puentes.
«Necesitamos un control del paso de integrantes de este grupo y que puedan hacerse las operaciones necesarias que garanticen que no usan el territorio de ese país como plataforma para moverse y generar situaciones tan desafiantes como las que tenemos hoy», insistió el diplomático.
Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros, de los cuales cerca 375 se encuentran en la región del Catatumbo.