Eduardo Pimentel de Freitas, un campesino brasileño de 56 años, pidió un préstamo en su trabajo para donar alimentos a los venezolanos que viven en Roraima.
El hombre llenó un camión con comida conmovido por los venezolanos que ha visto comiendo de la basura. Busca paliar la crisis humanitaria que se vive en el país.
El plazo de cancelación del préstamo al banco es de 4 años. “Jesús es mi guía, me da esperanzas y fuerzas”, narró en una entrevista Pimentel.