Brasilia.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, participó este jueves en un acto con parlamentarios, frente a los que presentó las bases del nuevo partido que idealiza, que según fue explicado, será conservador, religioso y liberal.
El partido, bautizado de antemano Alianza por Brasil, tendrá como principales principios «el respeto a Dios y a la religión» y «la memoria y la cultura del pueblo brasileño», así como la «defensa de la vida» y las «garantías de orden y seguridad», según dijo en el acto Karina Kufa, abogada de la nueva formación.
Este será el décimo partido en el que milita en sus casi tres décadas de carrera política.
El mandatario anunció la semana pasada su intención de fundar una nueva plataforma política tras su desvinculación del Partido Social Liberal (PSL), del que fue candidato presidencial en las elecciones de 2018.
En un documento distribuido durante el acto, se dice que el nuevo partido reconocerá «el lugar de Dios en la vida, en la historia y en el alma del pueblo brasileño» y que «se esforzará para divulgar las verdades sobre los crímenes de los movimientos revolucionarios, como el comunismo, el globalismo y el fascismo».
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En ese marco, y en presencia de Bolsonaro, Kufa aseguró que la Alianza por Brasil «repudia el socialismo y el comunismo» y «jamás permitirá que la bandera del país sea roja».
En un muy breve pronunciamiento, Bolsonaro reiteró que el nuevo partido no funcionará como una «oficina de negocios», que combatirá frontalmente a la corrupción y que ninguno de sus dirigentes ocupará algún cargo de ministro en su Gobierno.
Retos administrativos
Bolsonaro pretende llevar hacia la Alianza por Brasil a muchos de los parlamentarios del PSL, pero aún se desconoce cuántos aceptarían esa invitación.
El problema radica en que la Alianza por Brasil es hasta ahora una mera intención y sólo se convertirá en partido político tras una serie de engorrosos y largos trámites ante la justicia electoral.
El primer paso para pedir la formalización del partido deberá ser recopilar las firmas y adhesiones de un mínimo de 490.000 personas de al menos nueve de los 27 estados del país.
Luego, el Tribunal Superior Electoral deberá verificar cada una de esas firmas para, finalmente, tras un proceso que suele durar más de un año, reconocer al nuevo partido político.
El trámite para la recogida de firmas y su posterior verificación podría ser abreviado, siempre y cuando la Justicia electoral pase a aceptar las rúbricas electrónicas, un asunto que actualmente está en estudio pero sobre el cual no se ha tomado una decisión.
Más allá de los propios inconvenientes del trámite, el partido de Bolsonaro entrará en una fila en la que ya hay unas 70 formaciones nuevas a la espera del reconocimiento oficial.
Antes del acto, Bolsonaro reconoció que su nuevo partido pudiera no estar reconocido para las próximas elecciones municipales, que se celebrarán en octubre de 2020.
Aunque mostró alguna esperanza en la posible aceptación de las firmas electrónicas, también dijo que, si eso no fuera posible, la Alianza por Brasil «quedará fuera de las municipales».