Brasilia.- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, volvió a afirmar este jueves 13 de febrero que la Amazonía es de Brasil y le respondió así al papa Francisco, quien en las redes sociales señaló que esa región selvática, considerada como uno de los pulmones del planeta, es de «todos» y necesita de una atención global.
«Fue creado esta semana un consejo para proteger, preservar y desarrollar nuestra Amazonía, lo que es muy importante, adoptar medidas preventivas contra cualquier acción que no esté bajo las leyes brasileñas«, declaró Bolsonaro en su transmisión semanal en vivo a través de la red social Facebook.
«Es para demostrarle al mundo que estamos preocupados por la Amazonía. La Amazonía es nuestra. No es como el papa ‘tuitió’ ayer, ¿ok?», dijo el mandatario.
«La Amazonía es nuestra y queremos preservarla y hacer que podamos ser beneficiados con los recursos de forma sostenible«, agregó.
El miércoles, Francisco escribió en su perfil de Twitter: «Dirijo esta exhortación al mundo entero para ayudar a despertar la estima y apelo por la Amazonía, que también es ‘nuestra'»,
«Sueño con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos nativos, de los últimos, de modo que su voz sea escuchada y su dignidad promovida. #QueridaAmazonia», completó el pontífice católico.
No es la primera vez que Bolsonaro, reiteradamente criticado por su política antiambientalista, cruza palabras con el papa.
El año pasado, cuando los incendios forestales devastaron gran parte de la Amazonía, Francisco levantó su voz e hizo un llamado para salvar esa parte del planeta.
«Estamos todos preocupados por los vastos incendios que se han producido en la Amazonía. Recemos para que, con el esfuerzo de todos, sean controlados lo antes posible. Ese pulmón forestal es vital para nuestro planeta», dijo en agosto el papa durante su mensaje dominical, un llamado que fue criticado por Bolsonaro.
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Polémica
Este jueves, Bolsonaro también arremetió contra la organización ambientalista Greenpeace, a la que tildó de «porquería» y «basura» por sus críticas al Consejo Nacional de la Amazonía Legal modificado por el jefe de Estado y que no incluye a los gobernadores de la región.
La polémica surgió luego de que Bolsonaro transfiriera el control del Consejo de la Amazonía desde el Ministerio de Medio Ambiente a la Vicepresidencia de la República, a cuyo titular, el general de la reserva Hamilton Mourao, le encomendó acciones para la protección y el desarrollo sostenible del mayor bosque tropical del planeta.
Para Greenpeace, el nuevo consejo, sin representantes civiles, «ni planes, metas o presupuesto», sólo busca engañar a la opinión pública y a los inversores internacionales, ya que ni pondrá fin a la «política antiambiental» del Gobierno de Bolsonaro ni combatirá la deforestación ni los crímenes ambientales».
La deforestación en la Amazonía brasileña saltó un 85 % el año pasado, desde 4.219,3 kilómetros cuadrados en 2018 hasta 9.165,6 kilómetros cuadrados en 2019, su mayor nivel desde 2016, de acuerdo con las mediciones de satélite del estatal Instituto Nacional de Pesquisa Espacial (Inpe).
Ese crecimiento fue atribuido por los ecologistas a las medidas de flexibilización de la fiscalización y a la retórica antiambientalista de Bolsonaro, que defiende la explotación económica de la Amazonía y el fin de la demarcación de nuevas reservas indígenas.
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