El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, usó este martes, 12 de abril, por primera vez la palabra «genocidio» para describir la guerra en Ucrania.
El mandatario hizo ese comentario cuando estaba hablando de los esfuerzos de su Gobierno para frenar el aumento de los precios de la gasolina como resultado de la invasión lanzada por el presidente ruso, Vladímir Putin, en Ucrania.
«Estoy haciendo todo lo que está en mi poder con órdenes ejecutivas para reducir los precios y hacer frente a esa alza de precios provocada por Putin», dijo Biden en un acto en el estado agrícola de Iowa.
«El presupuesto de sus familias, su habilidad para llenar el tanque, nada de eso debería depender de si un dictador declara la guerra y comete un genocidio en el otro lado del mundo», añadió el mandatario en referencia a Putin y a Ucrania.
Biden ha arremetido en las últimas semanas contra Putin, al que ha llegado a calificar de «carnicero», y ha acusado al Kremlin de cometer crímenes de guerra en Ucrania.
La prensa preguntó la semana pasada a Biden si calificaría como genocidio la masacre de Bucha, a las afueras de Kiev y donde han aparecido más de 250 cadáveres de civiles tras la retirada de las tropas rusas.
«No, creo que es un crimen de guerra», contestó entonces el presidente.
Dentro del Gobierno estadounidense existe un proceso burocrático para determinar si se está cometiendo genocidio en un país y no está claro si ese proceso ha concluido o está teniendo lugar.
El Departamento de Estado de EE. UU. sí finalizó el mes pasado una investigación formal en la que determinó que las tropas rusas habían cometido crímenes de guerra en Ucrania, una afirmación que puede llevar a enjuiciamientos penales en cortes estadounidenses y a otros procesos a nivel internacional.
El pasado 24 de febrero, el Kremlin ordenó la invasión de Ucrania y, desde entonces, la guerra ha dejado miles de muertos, más de cuatro millones de refugiados y unos siete millones de desplazados internos, de acuerdo con Naciones Unidas.