Beirut.- Este miércoles 4 de agosto se cumple un año de la explosión registrada en el puerto de Beirut en Líbano y la mayoría de las viviendas que sufrieron daños estructurales están aún sin reconstruir, al igual que importantes elementos de la infraestructura pública que amenazan con provocar una crisis de desechos sólidos si no son rehabilitados.
El 4 de agosto de 2020 cientos de toneladas de nitrato de amonio almacenados durante seis años sin custodiar en el puerto de la capital libanesa se incendiaron y poco después explotaron, causando más de 200 muertos, 6.500 heridos, 300.000 desplazados y una gran destrucción en la ciudad. Unos 9.700 edificios quedaron destruidos, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La reconstrucción ahora debe avanzar en medio de un agravamiento de la crisis económica iniciada en 2019, una de las peores a nivel mundial en más de siglo y medio, y que en las últimas semanas ha dejado al Líbano con escasa electricidad y combustible.
Las viviendas más golpeadas, continúan sin rehabilitarse
Según el último informe del Sector Humanitario de Refugio, encabezado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Programa de la ONU para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), ya se han rehabilitado casi todas las viviendas con daños menores, como cristales rotos o puertas reventadas.
Este tipo de impacto se registró en inmuebles ubicados en un radio de unos cinco kilómetros desde el epicentro de la tragedia, explicó a EFE el jefe de la Unidad de Planificación Urbana y Diseño de ONU-Hábitat en el Líbano, Elie Mansour, al desgranar las conclusiones del informe publicado el pasado mes de febrero del año 2021.
Incendio en el puerto de Beirut destruyó ayuda humanitaria
En el caso de los 1.172 inmuebles residenciales evaluados por el Sector Refugio en áreas “socioeconómicamente vulnerables”, e han completado las obras entre un 60% y un 70% de los casos.
Sin embargo, el proceso de reconstrucción de las residencias que sufrieron daños estructurales, catalogados como severos, ha sido muy lento y solo alrededor de un 10% de los 1.093 edificios con estas características evaluados en dicho radio han sido rehabilitados, detalló Mansour, citando el estudio.
Por otro lado, las agencias de la ONU, las ONG y la sociedad civil han rehabilitado diversos colegios, hospitales, clínicas y otras estructuras que se llevaron la peor parte.
“Los edificios patrimoniales no están diseñados para aguantar ningún tipo de fuerza lateral, en particular terremotos, las fuerzas del viento o, en nuestro caso, la explosión”, precisó el ingeniero Elie Mansour.
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Las toneladas de escombros generadas por la explosión han empeorado el problema de los residuos y en algunos casos, estos restos suponen incluso un peligro para la salud pública.
Según el experto de Naciones Unidas, la mayoría de las casas antiguas de Beirut tiene láminas corrugadas en el techo y tuberías hechas de un material que contiene amianto, un componente que puede causar cáncer al ser inhalado.
En el marco de la iniciativa llamada Escombros a las Montañas, de ONU-Hábitat, se están preparando medidas correctivas a corto plazo para el almacenamiento de los residuos contaminados y soluciones a largo plazo para la demolición y reconstrucción.