Caracas.- El embajador de Colombia en Venezuela y una de las personas más cercanas a Gustavo Petro durante su campaña, Armando Benedetti, aseguró este 29 de junio, que no se mantiene en el cargo «por el fuero, ni por el sueldo».
«Adelantaré desde territorio colombiano el proceso de entrega y empalme de la Embajada en Venezuela«, dijo el funcionario apartado de su cargo junto a la exjefa de gabinete de Petro, Laura Sarabia, por un escándalo de supuestas interceptaciones telefónicas ilegales y pruebas de polígrafo que, incluso, terminó con el suicidio de un policía de la Presidencia.
La renuncia de Benedetti debería haberse hecho efectiva el 23 de junio, pero la Cancillería, a través de un decreto, la extendió hasta el 19 de julio.
Aseguró que «no le es posible hacer entrega efectiva del cargo dentro del plazo inicialmente previsto» por «la multiplicidad de asuntos pendientes que incluyen temas administrativos, presupuestales, de organización e implementación relacionados con la reapertura de la embajada y todos aquellos que se relacionen con su cargo diplomático»
El embajador, que será reemplazado por Milton Rengifo, apareció involucrado en el caso de los supuestos abusos de poder cometidos contra la antigua niñera que trabajaba para Sarabia, habría filtrado la información a la prensa.
Esto se unió al suicidio confirmado del teniente coronel Óscar Dávila, quien supuestamente tuvo que ver con el interrogatorio ilegal al que fue sometida la exniñera en una dependencia de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
Asimismo, en unos audios divulgados por la revista Semana, Benedetti reclamó a Sarabia un puesto mejor en el Gobierno alegando que él gestionó 15.000 millones de pesos (unos 3,4 millones de dólares) para la campaña de Petro y que si contara quiénes la financiaron en la costa atlántica, «nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos».
Esa declaración, y los hechos anteriores, han hecho que Benedetti y Sarabia sean investigados por la Fiscalía colombiana.