Aliados internacionales de Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países como mandatario interino de Venezuela, condenaron y calificaron de golpe y farsa la elección este domingo por parte del chavismo de un nuevo jefe del parlamento, en un acto al que le impidieron entrar al diputado.
Parlamentarios chavistas eligieron a Luis Parra, exmiembro del partido Primero Justicia, en un acto al que no pudo asistir Guaidó, quien fue retenido durante horas por la policía en los alrededores del Palacio Federal Legislativo.
Tras la juramentación de Parra, acto sin quorum ni votos, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, condenó los actos de violencia y «cualquier acción de usurpación realizada contraria a la legitimidad constitucional y a las mayorías» del parlamento venezolano.
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SIN VOTOS Y SIN QUÓRUM JURAMENTAN A LUIS PARRA COMO PRESIDENTE DE LA AN
Estados Unidos, uno de los mayores críticos del gobierno de Maduro, calificó de farsa la juramentación y reafirmó su respaldo a Guaidó, a quien seguirá considerando presidente interino.
«Las acciones desesperadas del antiguo régimen de Maduro, impidiendo ilegalmente por la fuerza la entrada al edificio de Juan Guaidó y de la mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional, ha hecho que el ‘voto’ de esta mañana, que carece de quorum y no cumple con los estándares constitucionales mínimos, sea una farsa», consideró el encargado de Latinoamérica en el Departamento de Estado de Estados Unidos, Michael Kozak.
En esto coincidió el canciller de Brasil, Ernesto Araújo, al subrayar que su país no reconocerá el resultado de esa votación, en la que se intentó impedir a la fuerza la reelección de «Juan Guaidó para la Presidencia de la AN y del Gobierno interino, crucial para la redemocratización del país».
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En la misma línea, el Gobierno del derechista Iván Duque aseguró que el «resultado de un proceso de elección de la mesa directiva realizado de manera fraudulenta, sin transparencia ni garantías no será reconocido por el Estado colombiano».
Antes de la sesión, esperada desde hace meses como un nuevo pulso entre gobierno y oposición, los alrededores del Palacio Legislativo fueron tomados por la Policía y la Guardia Nacional, que pusieron numerosos controles tanto a Guaidó como a otros diputados que lo acompañaban para el ingreso.
El canciller chileno Teodoro Ribera lamentó esos incidentes, que describió «actos intimidatorios de la dictadura de Nicolás Maduro en contra de los diputados elegidos democráticamente y en pleno ejercicio de la AN».
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Para el mandatario ecuatoriano, Lenín Moreno, el hecho representó, además, un atropello contra Guaidó y «una nueva muestra del autoritarismo del régimen de Maduro» que «aleja aún más a Venezuela de la senda democrática que el mundo entero le augura».
El gobierno de Argentina, mediante su Cancillería, lamentó los hechos registrados en el parlamento. Resaltó que el hostigamiento a diputados, periodistas y cuerpo diplomático en Venezuela, cuando intentaron entrar al Palacio Federal Legislativo, son inadmisibles para una convivencia democrática.
“Recuperar el diálogo entre las fuerzas políticas de Venezuela, en un marco de pleno respeto de las libertades y los mecanismos institucionales, es el objetivo al que busca propender el gobierno argentino para aliviar el padecimiento de millones de venezolanos dentro y fuera del país”, se lee en un comunicado de la administración del presidente Alberto Fernández.
En tanto, el canciller de Paraguay, Antonio Rivas, aseguró que hoy «se ha atentado una vez más contra el último bastión democrático subsistente en Venezuela y muestra una vez más las intenciones de Maduro y sus allegados de evitar, a cualquier costo, el desarrollo de comicios libres y transparentes en el seno de la Asamblea Nacional».
Mientras el Gobierno interino de Bolivia, que asumió tras la renuncia de Evo Morales -histórico aliado de Maduro-, rechazó también la «manipulación e intervención» en el Parlamento de Venezuela y ratificó su apoyo a Guaidó.
Luis Lacalle Pou, presidente electo en Uruguay, tuiteó: “Los hechos acontecidos en Venezuela impidiendo el normal funcionamiento de la Asamblea Nacional constituyen un nuevo golpe a la institucionalidad democrática, demostrando una vez más las maniobras del régimen de Maduro para centralizar el poder, violentando la voluntad popular”.
Una respuesta similar emitió Costa Rica, que además de calificar de inaudita y burda maniobra el impedimento de entrada a Guaidó, advirtió que no reconocerá «ninguna representación que pretenda el régimen de Maduro, pues carece de toda legitimidad».
Una crítica a la que se sumó el líder del partido español Vox (ultraderecha), Santiago Abascal, quien indicó que «los socios de Pablo Iglesias, Zapatero y Sánchez dan un golpe institucional en Venezuela para hacerse con el Parlamento».