Gran Sabana.- Una trocha que no se cerró a tiempo ante la ola de COVID-19 que crecía en Brasil fue el camino que usó el virus para ingresar a la comunidad pemón San Antonio de Morichal en la Gran Sabana.
Ya se había anunciado la cuarentena y a los pocos días se prohibió el tránsito por la frontera. Autoridades tomaron esta zona y solo permitieron el ingreso de venezolanos provenientes del país vecino, en su mayoría requiriendo ayuda humanitaria.
Las comunidades indígenas fueron convocadas por el gobierno regional para ponerlas al tanto del peligro que representaba dejar las trochas abiertas. La mayoría amarró mecates en señal de paso prohibido y se turnaron para vigilar, pero San Antonio no cumplió la regla y hoy el coronavirus afecta al menos a seis de sus habitantes, según lo confirmó el Gobierno nacional.
Hubo una disputa entre indígenas de esa comunidad, según lo contó este jueves un grupo a El Pitazo: unos no creían que el virus existiese y mucho menos los afectaría, mientras que la mayoría pidió que cerraran el paso de manera definitiva.
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Esa minoría permitió, a espalda de autoridades, el ingreso de brasileros y venezolanos que iban cargados de combustible ilegal y comida para revender en bodegas. El 10 de mayo, autoridades detuvieron a 10 personas pasando por la trocha, al parecer se aliaron con algunos indígenas para cobrar 3 mil reales brasileros, equivalentes a 600 dólares, para permitir el acceso al país.
El Pitazo publicó el 28 de mayo que la Gobernación de Bolívar ordenó a esta comunidad aislarse tras presentarse un brote de gripe. 80 % de sus habitantes se encontraba enfermo para esa fecha, muchos con dificultades para respirar y otros con síntomas de resfriado. Ese día les aplicaron las pruebas y no fue hasta este 4 de junio que se difundieron los resultados. A pesar de que confirmaron seis casos, Maduro se refirió este jueves en cadena nacional a «un brote grande» en esta comunidad.
Hoy en día nadie puede entrar ni salir de esa zona, la trocha está vigilada por funcionarios de la Dgcim y del Sebin. De los casos confirmados, dos indígenas se encuentran en delicado estado, según información aportada por sus propios familiares.