Tucupita.- El observatorio de derechos de los pueblos indígenas Kapé Kapé denunció este sábado, 13 de junio, que una familia warao fue expulsada por los representantes de un refugio ubicado en la Prefectura de Manaus-Brasil.
En su reporte, difundido en el portal web www.kapekape.org, señala que el hecho causó malestar entre los miembros indígenas, por lo que siete familias más optaron abandonar el abrigo en solidaridad con la familia expulsada.
En la nota de prensa, la organización indígena hace mención al testimonio del misionero religioso, Josia Kokal quien asegura que una familia indígena, encabezada por María Nieves Moraleda, madre de seis hijos y con una niña de ocho años afectada por tuberculosis “fue lanzada a la calle por haber violentado las normas de cuarentena en cuatro ocasiones, según la advertencia de los representantes del abrigo”.
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“Personalmente he conversado ampliamente con la indígena y ella me aclara que salió dos veces a trabajar a la calle porque tenía dos días que sus hijos no comían; también necesitaba comprar pañales y jabón”, narra el sacerdote.
Este 15 de junio, el religioso Josia Kokal ratificó vía telefónica a El Pitazo que la expulsión de los waraos fue ordenada por la Secretaría de la Mujer y Asistencia Ciudadana (Semacs), institución que administra el refugio instalado para migrantes waraos en la Prefectura de Manaus, lugar donde pernoctan 700 indígenas venezolanos aproximadamente.
De igual forma, el sacerdote informó que, las ocho familias se encuentran en estos momentos en una casa particular: “una señora le ofreció un alquiler sin ningún adelanto de pago con el compromiso de los waraos la cancelación del mismo en su momento oportuno… me dijeron que la señora le permitió ocupar la casa”.
El Observatorio de derechos indígenas Kapé Kapé se une al clamor del sacerdote a la reflexión y cordura de los representantes de los abrigos y autoridades de Brasil y realizan el llamado a las instituciones de Derechos Humanos, al alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y a la relatora de los pueblos indígenas de las Naciones Unidas a velar por la seguridad y las condiciones de las familias waraos que se encuentran en refugios de Brasil.