Al menos 3.000 familias que viven en 220 caseríos indígenas de Delta Amacuro están damnificadas por la crecida del caudaloso río Orinoco, de acuerdo con un reporte emitido por la ONG Kapé Kapé en el que cita a las autoridades regionales este lunes, 30 de agosto.
El llamado río padre alcanzó los 7.65 metros sobre el nivel del mar, según la medición que hacen las autoridades en Tucupita. “La pérdida es incalculable por la fuerza arrolladora de las aguas que arrastran los enseres y las viviendas en las zonas afectadas”, detalló Kapé Kapé para describir la magnitud de la inundación.
Según la organización la crecida podría ser una de las más grandes registradas en los últimos 50 años. “Hay una mortandad de peces, las aguas se ponen putrefactas y producen afecciones estomacales”, dijo un nativo warao que habló con la ONG.
La gobernadora de Delta Amacuro, Lizeta Hernández, afirmó que están atendiendo la emergencia. “Seguimos desplegados en el corazón de la selva para brindar protección social a cada deltano víctima de las inundaciones, al tiempo que se mantiene el monitoreo diario de los niveles del río”, expresó la mandataria en sus redes sociales.
En contraste, los damnificados aseguraron que no han recibido suficiente apoyo gubernamental y se han movilizado por sus propios medios a zonas más altas para resguardarse del potente caudal del río Orinoco.
Región Guayana
Las inundaciones por la crecida de ríos también han causado afectaciones en los estados Amazonas y Bolívar, correspondientes a la región Guayana. En Bolívar la cifra de damnificados supera las 4.000 personas.
Las zonas más críticas son comunidades de San Félix, Puerto Ordaz, El Dorado y algunos poblados de Gran Sabana, donde las casas han quedado bajo el agua y las familias han sido llevadas a refugios temporales. Entretanto, Protección Civil pronosticó que los niveles de los ríos seguirán aumentando y eso aleja la esperanza de los damnificados de regresar pronto a casa.