Tumeremo.- Un gramo de oro o poco más de 30 dólares es el precio que fijan los revendedores de gasolina a una pimpina de 20 litros de combustible en Tumeremo, municipio Sifontes del estado Bolívar.
En esa zona de Bolívar, al igual que en los restantes 10 municipios de la entidad se registran largas colas para surtir gasolina. El poblado minero parece no darse abasto con las dos estaciones de gasolina que posee: Cuyuní y Tumeremo; aunque los lugareños denuncian que la escasez no radica en que solo haya dos gasolineras, sino que el poco combustible que llega, lo desvían hacía las minas de oro.
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“Aquí hemos visto cómo gandolas enteras se van directo hacia las minas, mientras el pueblo se queda sin gasolina, ¿quien autoriza eso? Obviamente los militares porque todas las bombas están militarizadas”, dijo una habitante del municipio que prefirió resguardar su nombre.
Además denuncian que los conductores pueden pasar hasta cuatro días en cola, debido a que solo abastecen 15 litros a 120 vehículos, y luego la estación cierra. “Nos tienen controlados, nos surten solo 10 o 15 litros por cada carro”, dijo Cesar Lizardi, un residente de Tumeremo.
En esta zona del país, el motor de la economía es la minería y la moneda local el oro, de manera que en cualquier transacción que se haga, lícita o no, está el oro de por medio. “Aquí se han enquistado las mafias del oro pero también de la gasolina, mientras los militares venden la gasolina, nosotros tenemos que hacer una cola de tres días”, dijo Claudio González, otro vecino del conocido pueblo minero.

A cientos de kilómetros al norte, en Ciudad Guayana, las filas también son el panorama frecuente. En esa zona, una pimpina de gasolina tiene una variación en su precio, pues en el mercado negro venden el litro en un dólar americano. Es decir, se pagan unos 10 dólares menos que en Tumeremo por 20 litros de combustible.
Mientras tanto, el gobernador Justo Noguera nada dice sobre el origen de la falla en el suministro. Durante los últimos dos meses ha implementado dos planes de racionamiento que han sido poco eficientes para aplacar las filas. El fin de semana pasado, cinco civiles fueron detenidos por supuestamente vender cupos en las colas de dos estaciones de servicio.
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Los conductores dudaron de este procedimiento y se preguntaron por qué no hubo ningún militar detenido o algún funcionario de la gobernación, si son estos quienes custodian las gasolineras.
En Bolívar persiste el plan de racionamiento en los municipios Heres y Caroni. La medida, que el gobernador prefiere llamar “control numérico de placas”, limita a los ciudadanos a comprar gasolina solo dos veces por semana y no se les permite llenar el tanque completo.