En Delta Amacuro, región Guayana de Venezuela, los docentes waraos se sumaron a la voz de protesta nacional que han realizado los profesionales de la educación durante la última semana en todo el país.
Este miércoles, 18 de enero, el grupo protector indígena, Kapé Kapé, dijo que los maestros indígenas del Delta están afectados por el alto costo de la vida.
“Como una manera de rendir los ingresos, los docentes waraos salen cada cuatro o cinco meses de su comunidad hasta Tucupita o Barrancas del Orinoco a comprar productos de primera necesidad, con lo ahorrado en varios meses de su trabajo en las aulas de clases”, dijo la ONG.
La misma organización resaltó que otros docentes, cuya situación es mucho más crítica, sobreviven pidiendo crédito en bodegas de sus poblados. “Últimamente, muchos de nosotros, dependientes de la alcaldía, Ministerio de Educación y gobernación, hemos estado pidiendo comida y aseo personal a crédito en el abasto de un colombiano en Barrancas”, recalcó un obrero que habló con Kapé Kapé y es residente de la comunidad Vuelta Janaida, en el municipio Antonio Díaz.
¿De cuánto es el salario que exigen los maestros venezolanos?
En Delta Amacuro, igual que en otras zonas de Venezuela, la crisis económica los ha empujado a buscar otras vías de ingreso para complementar su salario regular y se han dedicado a la siembra de rubros como plátano, yuca y ocumo. En otros casos se van al río a pescar para llevar alimento a sus hogares.
“Yo hablo con el encargado de la escuela, cuando voy a salir a pescar. Ese día ya no vengo a dar clases y les digo a los niños que tampoco vengan, porque hay días en que amanecemos sin nada en la casa y hay que salir a buscar algo para sobrevivir”, confesó un docente, quien le pidió a Kapé Kapé omitir su nombre en el boletín de prensa difundido a los medios.
Protesta en la región Guayana
En los estados Bolívar y Amazonas, los docentes también se plegaron a la jornada de protestas y reclamos por los bajos salarios del sector educación.
Bajo consignas como “No me quiero ir, quiero un salario para quedarme en mi país”, caminaron por las calles y anunciaron que el 23 de enero saldrán de nuevo a manifestar su descontento. En el caso de Bolívar, las protestas han estado custodiadas por efectivos militares y policiales, quienes con frecuencia fotografían a los participantes.