La población de importantes poblados, localizados en los caños y en la desembocadura del río Orinoco, perdieron la cuenta de los días, meses y años que tienen sin el servicio de energía eléctrica, ante el desperfecto y la falta de plantas eléctricas en sus comunidades. Los partos en los centros ambulatorios se alumbran con velas o linternas.
De acuerdo a las informaciones de representantes de las comunidades, la falta de mantenimiento y la dotación oportuna de generadores eléctricos, son partes de las causas del colapso de las plantas eléctricas que han dejado en completa oscuridad a las comunidades del bajo Delta.
Enrique Moraleda, exconcejal por el municipio Antonio Díaz, ha reiterado en varias oportunidades la necesidad de la luz eléctrica en su comunidad de Nabasanuka “la comunidad tiene más de tres años sin energía eléctrica, si no es por el combustible, es por el desperfecto de la planta eléctrica”, sostuvo Moraleda.
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San Francisco de Guayo, es una de las comunidades localizada en la parroquia Padre Barral, con una población de tres mil habitantes; los moradores resisten con las luces de las estrellas y la luna ante el desperfecto del generador eléctrico desde hace más de dos años, según testimonio del docente Heladio Torres.
Según fuentes fidedignas, la falta de los generadores eléctricos en las comunidades del bajo Orinoco, se agudiza desde hace cinco años. Curiapo, que es la capital del municipio Antonio Díaz, permanece en la oscuridad.
Al respecto, la gobernadora del estado Delta Amacuro, Lizeta Hernández, reconoció la falta de los generadores eléctricos en las comunidades y justificó el hecho por el “bloqueo criminal del imperio”, que no permite la dotación de energía eléctrica en las comunidades de la entidad.
