Caracas.- Un grupo de visitantes asiduos del Parque Nacional Waraira Repano, mejor conocido como El Ávila, ecologistas y vecinos de diferentes parroquias de la ciudad capital protestaron pacíficamente este domingo, 24 de octubre, para rechazar la pretensión del gobernante Nicolas Maduro de construir una ciudad comunal en estos espacios de montaña, tal como lo anunció días atrás.
Los manifestantes se apostaron en la entrada de El Ávila, ubicado en la urbanización San Bernardino, que es uno de los accesos del referido espacio natural más concurridos por lugareños y visitantes.
El coordinador del Frente en Defensa del Norte de Caracas, Carlos Julio Rojas, expresa que junto a vecinos, activistas y organizaciones ecológicas se mantendrán alertas para impedir que se realicen construcciones habitacionales en los espacios naturales de El Ávila.
«Esta montaña maravillosa es el corazón de Caracas, es nuestro pulmón y único patrimonio natural. Todo lo que le haga daño nos duele y tenemos que salir a defenderlo. Y le decimos a Nicolás Maduro que no vamos a permitir que convierta al cerro El Ávila en una ciudad comunal«, expresó Rojas.
El activista aseveró que el verdadero propósito que se pretende con construir una ciudad comunal es encubrir propiedades que tienen algunos funcionarios gubernamentales en los espacios del parque nacional avileño.
«Lo que no dicen es que en Galipán hay una mansión, que es de Carmen Meléndez, candidata a alcaldesa de Caracas; que tenemos la mansión de Jorge Rodríguez y de distintos enchufados. Entonces vemos cómo quieren convertir a nuestro Ávila en un lugar para la labor mercantilista, tal como sucede con el hotel Humboldt, edificio al que no puedes entrar si no tienes cientos de dólares, a pesar de que es patrimonio histórico de la ciudad», afirmó Rojas.
Amantes de El Ávila
Quienes suben con frecuencia a las faldas de la montaña avileña y se aventuran a escalar sus picos más altos como ejercicio físico, o simplemente aquellas personas que son activistas y miembros de grupos ecológicos que defienden la naturaleza en todas sus expresiones, acompañaron y levantaron su voz en la actividad de protesta que, según dijeron, será la primera de muchas y que busca sensibilizar a los caraqueños sobre la relación del hombre con el ámbito natural en términos respetuosos.
Emma Salazar, socióloga y habitante de la parroquia La Vega, le exige a Nicolás Maduro que respete las áreas naturales no solo de Caracas, sino de toda Venezuela. «Te exigimos respeto para nuestros parques nacionales, para El Ávila y todos aquellos espacios donde estás ejecutando la extracción de nuestras riquezas, acción que deteriora nuestras condiciones de vida. ¡Basta ya. Te exigimos respeto!, sentenció.
Celmira Sayago, docente y habitante de La Candelaria, es una activista ecológica que en varias oportunidades ha sembrado árboles en El Ávila. Solicita la intervención de organismos internacionales para evitar la pretensión del Gobierno nacional de construir urbanismos bajo la figura de ciudad comunal.
«Cada vez que puedo, sola o con otros compañeros, siembro aunque sea un árbol. Imagínense si construyen la fulana ciudad comunal: eso significaría no precisamente la siembra, sino la tala de muchos árboles», señaló.
Entretanto, Francisco Lung y Luis Romero son visitantes asiduos de El Ávila. Consideran que lo anunciado por el Ejecutivo nacional es un despropósito que atenta contra la estabilidad ecológica de la más importante reserva natural de la ciudad capital.
Lung espera que desde Miraflores se revierta el anuncio de construir una ciudad comunal en El Ávila, pues considera que se estaría cometiendo un ecocidio. Mientras, a juicio de Romero, hay otros espacios dentro y fuera de Caracas que pueden resultar más viables para la construcción de edificaciones o proyectos habitacionales.