Caracas.- Merys Moya, residente de la comunidad caraqueña La Laguna, ubicada en el kilómetro 2 de la Carretera Panamericana (municipio Libertador), no escuchó ninguna detonación o explosión, sino los gritos de auxilio de una de las niñas que estaba con sus cinco hermanos en el interior de la vivienda de la familia Guillén.
Cuando Moya salió de su casa, cercana a la de la familia Guillén, solo vio el denso humo negro que salía por la única ventana de la planta superior de la casa.
«Iban a ser las 3 de la tarde. Yo estaba esperando a mi esposo. Cuando me paré, escuché que una de las niñas, Diana, gritó auxilio. El humo era muy fuerte. No se oyó ninguna explosión. Yo tenía miedo por el fuego», relató Moya a El Pitazo aún con asombro por lo sucedido a pocos metros de su vivienda, que no resultó afectada por su ubicación en la parte superior del sector.
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En la vivienda de la familia Guillén murieron nueve personas, todos menores de edad, incluido un bebé de 15 días de nacido que perdió la vida en los brazos de su madre, Yoselin López, de 17 años. «Murieron abrazaditos», agregó con lágrimas en sus ojos Yolanda Cedeño, tía de López.
«Yo no sé cómo Dios pudo permitir esto. No lo acepto. Ellos no se quemaron, sino que murieron por el humo. Esto yo no se lo voy a desear nunca a nadie», añadió.

En la planta inferior de la casa, donde se produjo el incendio, estaba ubicada la cocina. Funcionarios de la Alcaldía de Caracas en lugar precisaron que, de acuerdo con la evaluación de los miembros del Cuerpo de Bomberos de Caracas, una explosión hizo que los menores de edad subieran a la planta superior para resguardarse en una de las habitaciones, donde el humo los asfixió y ahí murieron.
Los residente de la vivienda más cercana a la de la familia Guillén, afectada también por el incendio, creen que una fuga en una bombona de gas produjo el siniestro.
«Llegué como a las 2:30 para almorzar. Al entrar a mi casa, escuché como si un tubo de agua se hubiera reventado, como cuando llega agua con mucha presión. Escuché el grito de ayuda y cuando salgo, ya la candela venía hacia donde yo estaba. Tratamos abrir la puerta, pero no pudimos. Ya el gas estaba por toda la casa», narró Anthony Medina.
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En medio de la angustia por el incendio, los vecinos abrieron tres huecos en las paredes de la estructura de la planta superior para tratar de rescatar a las personas dentro de la vivienda, pero en el interior de la casa, lamentan los vecinos, todo sucedió muy rápido.
«Todo estaba encendido y los muchachos desesperados salieron corriendo para la parte de arriba, pero ahí no había nada para salir. Todos ayudamos, pero no hubo salvación para que salieran de ahí», contó llorando Liliana Figueroa, vecina de la familia Guillén.
«Me duele demasiado, porque nosotros compartíamos tanto con ellos, con las niñas. Ya yo no quisiera estar aquí, pero no tengo para dónde irme. Me duele mucho levantarme ahora y no verlos«.

Bomberos sin agua
Figueroa criticó la respuesta de los bomberos al llegar al lugar. «Llegaron sin una gota de agua y nos dijeron ‘estamos en Venezuela’. Trataron de romper los tubos, pero era muy tarde; aquí no había agua».
«En la comunidad hicimos todo lo que pudimos. Ojalá el Gobierno vea lo que sufrimos nosotros en los barrios», dijo Cedeño.
Un comunicado de la Vicepresidencia Sectorial de Política, Seguridad Ciudadana y Paz, así como del Ministerio de Interior y Justicia, reportó el viernes que los órganos de seguridad adelantan todas las investigaciones para esclarecer las causas del suceso registrado en la parroquia Coche.

Familiares esperaban el sábado la entrega de los cuerpos tras las autopsias en la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, ubicada en Bello Monte, municipio Baruta (Miranda).