Santa Lucía.- “Hace siete años me encontraron tres tumores cancerígenos de cuatro pulgadas; temía por mi vida, pensaba en mi familia. Me aplicaron 12 quimioterapias y 37 radioterapias. Durante el tratamiento me encomendé al doctor José Gregorio Hernández. Gracias a él, estoy llena de vida”, este fue parte del testimonio de fe que compartió Dayana Davalillo, durante el recibimiento de la reliquia del médico de los pobres a Santa Lucía, estado Miranda, el 5 de agosto, en el marco de un recorrido por los municipios de los Valles del Tuy, estado Miranda.
“Son momentos en los que piensas que la vida se te va de la nada, que es muy efímera. No fue fácil, fue fuerte, pero aquí estoy, llena de fe”, destacó Davalillo, quien es la esposa del alcalde de la entidad, Víctor Julio González.
La reliquia del doctor Hernández fue recibida con alegría espiritual en el Monumento Santa Lucía. En este mismo lugar estaban los vestigios de la Virgen Mártir Santa Lucía (hebra de cabello y parte del vestido con la que fue enterrada), acompañados de los niños del Ministerio del Santuario, el párroco de la ciudad, Carlos González, y el presbítero del municipio Independencia, Juan Mijares.
“Esta reliquia es un signo de esperanza, es un signo de la presencia de Dios y de su iglesia, del santo que nació en la vida de Dios y se encuentra hoy con nosotros en esta tierra luciteña”, destacó el padre González.
El sacerdote informó que la reliquia permanecerá en Santa Lucía hasta el 12 de agosto. “Estará recorriendo las comunidades, templos y capillas de Santa Lucía para que todo el pueblo pueda orar con fe. Además, se realizarán vigilias”, acotó.
Días de júbilo
El alcalde de Paz Castillo, Víctor Julio González, estuvo en la actividad y anunció que los días que permanezca la reliquia del médico de los pobres en Santa Lucía fueron decretados de júbilo.
La vecina Rosalía Mijares también acompañó la jornada promovida por la Iglesia católica. Con un rosario en la mano se acercó al vestigio del doctor José Gregorio Hernández y pidió por el fin de la pandemia por COVID-19. Hace un año, su esposo Andrés, de 52 años, murió a causa de esta enfermedad.