Caracas.- La llegada de la Semana Santa en Venezuela marca un momento de profunda reflexión y celebración para millones de ciudadanos en todo el país. Este período, que abarca desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, está impregnado de tradiciones.
Durante esta semana, las calles de las ciudades y pueblos de Venezuela se llenan de fervor religioso y actividades culturales que unen a las comunidades en torno a la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Estas son algunas de las tradiciones más destacadas que definen la Semana Santa en el país:
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1. Palmas benditas
La tradición de la palma bendita se lleva a cabo durante el Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa, conmemorando la entrada de Jesucristo en Jerusalén.
Durante este día, los fieles acuden a las iglesias para recoger palmas que son bendecidas por el sacerdote. Estas palmas, que simbolizan la victoria y la vida eterna que trae Jesucristo, son luego portadas por los fieles en procesión o colocadas en las casas como símbolo de protección y bendición.
La costumbre de la palma bendita tiene profundas raíces históricas y es considerada una de las tradiciones más antiguas de la Semana Santa en Venezuela. Se cree que esta práctica se originó en las primeras iglesias fundadas en Caracas.
2. Los Palmeros de Chacao
Los Palmeros de Chacao son un grupo de devotos católicos que participan en una de las actividades culturales más importantes del municipio de Chacao, marcando el inicio de la Semana Santa en Venezuela.
La actividad de los Palmeros de Chacao consiste en la bajada de las palmas que serán bendecidas y distribuidas durante el Domingo de Ramos.
La historia de los Palmeros de Chacao está ligada a una epidemia que azotó a Venezuela en 1776. En ese entonces, el padre José Antonio Mohedano, párroco de la iglesia de San José, solicitó la recolección de palmas reales para el Domingo de Ramos como una forma de alejar la enfermedad. Los elegidos llevaron a cabo esta tarea entre oraciones y plegarias, y al Domingo de Ramos, todos los enfermos sanaron, marcando el inicio de esta tradición.
3. Procesión del Nazareno de San Pablo
La tradición del Nazareno de San Pablo es una de las más destacadas. Esta advocación religiosa se celebra durante el Miércoles Santo, atrayendo a numerosos fieles que acuden a la basílica de Santa Teresa para rendir veneración a esta imagen.
La historia del Nazareno de San Pablo se remonta al año 1674, cuando fue bendecido por fray González de Acuña y comenzó a recibir culto en la capilla de San Pablo. Sin embargo, en 1880, el presidente Guzmán Blanco ordenó el derribo de la capilla para construir en su lugar el Teatro Municipal. La imagen del Nazareno fue trasladada a la basílica de Santa Teresa, donde se encuentra en la actualidad y continúa siendo objeto de devoción.
Una leyenda popular relacionada con el Nazareno de San Pablo es el milagro del árbol limonero. Según esta historia, durante una procesión en 1597, la imagen del Nazareno tropezó con un árbol limonero en la esquina de Miracielos, enredándose su cruz en las ramas. Como resultado, comenzaron a caer limones del árbol, los cuales fueron recogidos por los fieles y utilizados para preparar infusiones que aliviaron la peste del vómito negro o escorbuto que afectaba a la población en ese momento.
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4. Recorrido de los siete templos
El recorrido de los siete templos es una tradición que suele hacerse durante el Jueves Santo. Esta actividad simbólica representa el camino que Jesús realizó hacia el Huerto de los Olivos o Getsemaní después de la Última Cena.
Los fieles visitan siete templos diferentes como una forma de conmemorar los eventos que precedieron a la crucifixión de Jesucristo. Cada templo representa un momento específico en el relato bíblico y en la pasión de Cristo.
5. Quema de Judas
Pese a que esta es una tradición que no es promovida por la Iglesia Católica, los feligreses suelen realizar este acto durante la última semana de la Cuaresma.
Consiste en prenderle fuego a una figura elaborada típicamente de cartón que representa a Judas Iscariote, quien según las escrituras bíblicas traicionó a Jesús, simbolizando la purificación de los pecados.