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miércoles, 4 diciembre, 2024

Profesores de la USB denuncian persecuciones y rescisiones de contratos en medio de un déficit de docentes

Desde 2023, ninguna autoridad del Ministerio de Educación Universitaria se ha reunido con el gremio de profesores de la USB para resolver la situación

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Las universidades públicas venezolanas se sostienen con el esfuerzo y el financiamiento de los mismos docentes, aseguró este 28 de octubre el presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar (Apusb), William Anseume, al explicar las razones de la reducción del profesorado en la casa de estudios.

“Hace cinco años, en la Apusb quedaban 1.200 colegas, ahorita vamos por un poco menos de 1.000”, reveló el directivo a El Pitazo, de acuerdo con los cálculos que tiene por los descuentos de salario de los profesores y cuyo dinero debería ir a la asociación. “Van cuatro años que los hacen y no llegan”, agregó.

El déficit de casi 25 % de los asociados tiene varias causas. Entre ellas, la ausencia de un aumento de salario, jubilación y pensión desde hace 957 días. También el acoso y las rescisiones de contratos denunciadas por los docentes. Además, la precariedad de las instalaciones que, según el dirigente, cada vez están más desoladas.

Persecuciones implacables

Pese a las limitaciones que hay para acceder a la universidad, las autoridades exigen la presencialidad absoluta. El rectorado, cuyos miembros fueron impuestos por el Consejo Nacional de Universidades (CNU) en 2021, aplica un reglamento desajustado a las realidades del profesorado.

Anseume dijo que “hay un acoso laboral permanente”, específicamente en la sede del Litoral de la USB. La Apusb ha evaluado al menos cinco rescisiones para determinar si fueron ejecutadas bajo lo que especifica el reglamento.

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Para el directivo del gremio, la causa de las anulaciones de contrato deriva de esa exigencia dirigida a todo el personal para que trabaje presencialmente en una infraestructura donde escasean los servicios básicos y el mantenimiento.

Estado actual del Laberinto Cromovegetal, obra de Carlos Cruz-Diez que está ubicada en los jardines de la USB. | Foto: William Anseume

“Hay gente yendo salón por salón, pasando lista, para ver si los profesores están asistiendo”, explicó sobre el caso del Litoral. La imposibilidad de los docentes para pagar un transporte y la escasez de unidades propias que trasladen a estudiantes y al personal son limitaciones que no son consideradas por las autoridades.

La USB contaba con transportes que partían desde zonas de La Guaira, Guarenas, Guatire y La Victoria, pero la mayoría de esos vehículos están dañados. Los pocos que aún quedan circulan por Caracas y algunas partes del Litoral, aunque la flota no tiene la misma cantidad ni capacidad que años atrás.

Un profesor que reside en Maracay se comunicó con Anseume tras ser notificado de la rescisión de su contrato. Si bien había un autobús que lo trasladaba desde la capital del estado Aragua hasta la sede en La Guaira, esa ruta ya no es cubierta y, por lo tanto, le es imposible asistir presencialmente.

“Lo llamaron a una reunión, lo estaban presionando para ir. También le exigen a la gente que tenga dedicación exclusiva, como si esa figura aún fuese posible en las universidades venezolanas”, añadió.

En diciembre de 2023, la USB inició un concurso de credenciales para reponer la baja de 200 profesores. Ese déficit no ha sido cubierto casi un año después de abrir el proceso de solicitudes.

Sin atención ni mantenimiento

El último encuentro de Anseume con una autoridad del Ministerio de Educación Universitaria fue en julio de 2023. Junto con profesores y representantes de los egresados, asistió a la sede del ministerio para exigir elecciones de nuevas autoridades universitarias. La encargada de dicha cartera, Sandra Oblitas, le prometió que su petición sería recibida y atendida.

“No respondió en ningún momento. Fue la única oportunidad que tuve para hablar con ella y porque la encontré en el ascensor. De resto, no hemos recibido ninguna invitación”, relató sobre la ministra removida de su cargo el 27 de agosto de 2024.

Ante la apatía del ministerio y el detrimento de las condiciones laborales, la situación en la USB es “deprimente”. Tanto en los pasillos de los edificios como en las áreas abiertas del recinto, se nota el abandono físico y humano, algo que genera tristeza en todo el personal.

La piscina olímpica, así como otras áreas de la universidad, tiene más de cinco años sin mantenimiento. | Foto: William Anseume

Los que trabajan en la universidad lo hacen por su propio ánimo, por su deseo de mantener activa la relación profesor-alumno. Les nace del corazón”, expresó el presidente de la Apusb y agregó que, de alguna manera, “los profesores de las universidades públicas están financiando la educación en Venezuela”.

Aunque hay docentes que tienen la vocación y hacen el esfuerzo por asistir, ese financiamiento tiene un límite. Sus propias necesidades básicas y las de sus familias los han obligado a recurrir a otros trabajos para subsistir. “Hay profesores que venden productos de todo tipo. También solicitan en las redes sociales ayuda para la atención médica, algo insólito. Es deprimente, hay un ánimo de ausencia y desolación”, relató Anseume.

En este sentido, valoró el papel de los jubilados, ya que algunos siguen dando clases o encargados de los departamentos de la universidad. “Sin ellos sería mucho peor”, reconoció el directivo.

La falta de transporte, de mantenimiento y la inactividad del comedor seguirán propiciando la carencia de profesores, sobre todo ante el aumento del dólar y la nula incidencia que tiene en el salario del personal universitario. “Eso no se detendrá porque los sueldos no existen, si es que se le puede llamar sueldo a eso que pagan. No llega ni a una limosna”, criticó.

Las condiciones laborales en las universidades públicas no solo afectan a la plantilla, sino que también limitan la formación y contratación de nuevos profesionales. Según Anseume, la deserción incluye a los estudiantes, quienes no confían en la dinámica de las casas de estudio en estos momentos. “Se ha perdido credibilidad y calidad en la transmisión del conocimiento”, señaló.

Pese a todas las adversidades, los docentes seguirán exigiendo mejoras en la atención a las universidades. La Apusb tiene claro que la “sordera” y “hacer la vista gorda” son políticas que el gobierno de Nicolás Maduro mantendrá, pero los profesores continuarán sus reclamos para defender sus derechos humanos.

“No nos quedan muchas opciones. Hay que seguir insistiendo públicamente, donde seamos invitados, donde tengamos que reunirnos, pero es insoportable la situación”, expresó.

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